"Los demandantes no demostraron tener alguna posibilidad de ganar", estimó en su decisión la Corte de Apelaciones en Washington.
La investigación sobre células madre embrionarias, muy prometedora para curar numerosas enfermedades graves, había sido autorizada de nuevo por el presidente estadounidense, Barack Obama, en marzo de 2009 tras ocho años de prohibición.
Durante estos ocho años, solamente avanzó la investigación privada sobre células madre.
"La investigación responsable sobre células madres tiene el potencial de tratar algunas de nuestras enfermedades y afecciones más devastadoras y le brinda una esperanza a muchas familias en todo el país y en todo el mundo", dijo Nick Papas, portavoz de la Casa Blanca, al saludar el fallo judicial.
"La decisión de hoy constituye una victoria para nuestros científicos y pacientes de todo el mundo, que deberían beneficiarse de las avanzadas investigaciones médicas que realizan", concluyó Papas en un comunicado.
Las células madre embrionarias provienen del embrión humano en la primera etapa de gestación. Se llaman células madre porque son el origen de todas las demás células.
Los científicos piensan que pueden transformar estas células madre en cualquier otra célula del cuerpo -cardíacas, pancreáticas o cerebrales, por ejemplo- para reemplazar células dañadas o enfermas y permitir la reconstrucción de tejidos u órganos.
El 23 de agosto de 2010, el juez federal Royce Lamberth había dado la razón a dos científicos y organizaciones cristianas que se opusieron a esta decisión.
Según ellos, el embrión es un ser humano completo y el Estado federal no debería financiar una investigación que provoque la destrucción de embriones, ni siquiera para salvar otras vidas.
A nivel jurídico, los detractores de la investigación en células madre embrionarias estiman que una enmienda -llamada "enmienda Dickey Wicker"- que adoptó el Congreso en 2006 prohíbe que se usen fondos públicos en cualquier procedimiento que comprenda la destrucción de embriones.
Pero según la Corte de Apelaciones, el estado federal y la agencia nacional de salud (National Institutes of Health, NIH) tienen razón cuando afirman que "la enmienda Dickey Wicker no prohíbe la financiación pública de un proyecto que utilice células madre provenientes de un embrión, porque una célula madre no es un 'embrión' y no podrá desarrollarse para convertirse en un ser humano".
Según numerosos científicos, la investigación en células madre embrionarias permite pensar en una cura para enfermedades como la diabetes, el mal de Parkinson, el Alzheimer o la parálisis que sufren las personas heridas en la médula espinal.
Pero en Estados Unidos el debate es acalorado. Los conservadores religiosos estiman que la vida comienza en la concepción y se oponen a que se realicen investigaciones científicas en este campo.
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Aprueban uso de fondos públicos en investigación de células madre
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