El presidente de México Enrique Peña Nieto fue intervenido la mañana del viernes 26 de junio para extraerle la vesícula biliar, luego de haber presentado una inflamación súbita de la vesícula no relacionada a cálculos.
En conferencia de prensa, Eduardo Sánchez Hernández, jefe de Comunicación Social de Presidencia, detalló que a las 7:30 horas, tiempo del centro de México, el mandatario ingresó a quirófano del Hospital Central Militar para realizarle la intervención. Casi una hora después abandonó la sala.
El cirujano a cargo de la intervención fue el Dr. Héctor Faustino Loyola, quien comentó que tuvieron que practicarle una colecistectomía y descartó que durante el proceso se haya presentado alguna complicación.
“El señor presidente comenzó la madrugada del día de hoy con un malestar intenso en la vesícula biliar. Hicimos una serie de análisis. Primero lo que es la clínica, lo que son todos los estudios de diagnóstico tanto de imagen como de sangre, todo nos indicó que era un cuadro agudo que no tenía solución más que la cirugía”, comentó.
Qué cuadro clínico tuvo
Un cuadro de colecistitis aguda alitiásica es una hinchazón e irritación repentina que causa dolor abdominal intenso. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, éste se produce cuando la bilis, encargada de almacenar las grasas en el intestino, queda atrapada en la vesícula derivando en dicha inflamación.
Además del dolor intenso, otros de los síntomas que preceden a este problema son: presentar heces de color arcilla, fiebre, náuseas y vómito, así como coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica de los ojos (ictericia).
¿Cómo fue la operación?
Para el problema que presentó el presidente fue necesaria una colecistectomía que consiste en hacer una incisión debajo de la caja torácica, en el lado derecho del abdomen.
Bajo la aplicación de anestesia general, el cirujano se encarga de cortar los conductos biliares y los vasos sanguíneos que llevan a la vesícula para después extraerla del cuerpo.
Posteriormente se examina el conducto biliar común que drena el flujo digestivo desde el hígado hasta el intestino delgado para descartar obstrucciones y cálculos.
De acuerdo con el médico, los buenos hábitos de alimentación y ejercicio que lleva el mandatario mexicano permitieron que la operación fuera exitosa y en consecuencia, que su rehabilitación vaya por buen camino.
La mayoría de los pacientes que se someten a esta intervención suelen abandonar el centro médico el mismo día o el posterior a la operación, y reanudan su dieta y actividades normales de inmediato.
En el caso del presidente, deberá permanecer en el hospital, “dependiendo de su evolución”, entre 24 y 48 horas. Se espera que retome su agenda de trabajo a partir del próximo lunes 29 de junio, fecha en la que tiene contemplado recibir a los Reyes de España.
Ésta no es la primera vez que Peña Nieto es intervenido desde que asumió la presidencia. En julio de 2013 tuvo que entrar a la sala de operaciones para extirparle un nódulo tiroideo benigno, un quiste que se le había desarrollado en la glándula tiroides.