No es nuevo que las personas que carecen de seguro médico en Estados Unidos temen ir al médico y saltean tratamientos y consultas. Todos hemos escuchado alguna historia sobre los montos siderales que pueden representar una visita paga a la sala de emergencias. Sin embargo, la última encuesta de la empresa Gallup asegura que la mayoría de quienes tienen seguro tampoco recurren a la ayuda médica cuando que lo necesitan.
A pesar de que gracias a la nueva Ley de Seguros a Bajo Costo también conocida como Obamacare más del 86% de los estadounidenses tienen un seguro médico, comparado con un 82% en el 2013, una encuesta reciente de Gallup asegura que un tercio de la población no recibe el tratamiento que necesita por miedo al costo que esto pudiera ocasionarle.
Acorde con la mencionada encuesta, exactamente un 34% de los estadounidenses que han contratado un seguro médico privado, han dejado de recibir la atención adecuada o necesaria porque era muy costosa.
Otros de los puntos mencionados se refiere al hecho de que los empleados que reciben seguro médico en sus trabajos, han visto incrementarse el costo de los monto de los deducibles que deben pagar en más del doble en los últimos ocho años.
Mayor conciencia de gastos
Uno de los temas que surgen de estos resultados es que el Obamacare hizo a la gente más consciente de los costos de los tratamientos médicos y los obligó a pensar y repensar en sus necesidades y el uso que la darían.
Luego de una intensa campaña de difusión de información, hoy son muchas más las personas que hablan de deducibles, costo de la prima y gastos totales que pueden resultar de elegir uno u otro plan de seguro.
La encuesta de Gallup asegura que muchos estadounidenses no piden toda la ayuda médica necesaria, aunque estén realmente enfermos. Por ejemplo, el 22% de los encuestados dijo que si tuvieran una enfermedad grave de todas formas pospondría el tratamiento, contra el 19% que dijo que lo haría el año pasado.
Estudios anteriores aseguran que cuando se les pide a los consumidores que pongan más de su bolsillo para una medicina o un tratamiento, posponen el cuidado sea mayor o menor la necesidad de atención. Por ejemplo, las personas que tienen deducibles más altos suelen comprar medicamentos más económicos para los tratamientos crónicos.
Lo que preocupa de estas revelaciones es que el postergar el cuidado médico necesario a corto plazo puede traer complicaciones mucho más costosas incluso problemas médicos más importantes a largo plazo.
¿Ir al médico te da miedo?
Pero al miedo a los costos se le suma otro tipo de miedo o angustia que habría que no subestimar y que no fue contemplada en la mencionada encuesta: la ansiedad que despierta ir al médico por miedo a tener algo o descubrir una enfermedad.
Muchas personas sienten un enorme malestar y ansiedad que les produce el realizarse estudios médicos y esperar sus resultados. Este exceso de preocupación en general se asocia ante la incertidumbre y en personas más ansiosas, puede traer una serie de síntomas similares a los de una crisis de ansiedad: taquicardia, sudor frío, contracturas, problemas para dormir, malestares físicos y nerviosismo en general.
Lo que los psicólogos llaman "ansiedad por la salud" son respuestas de tipo ansiosas por la sobreestimación del peligro y la catastrofización, que tiene que ver con darle mucho valor o peso a las posibilidades negativas, a estar dentro del 1% por ejemplo que puede tener tal o cual enfermedad grave.
La ansiedad y el temor en estos casos no se relacionan con una situación real sino con la interpretación que estas personas hacen de las variables en juego. Pre-ocuparse hace referencia a una dimensión temporal, antes de lo necesario o antes de que las cosas realmente sucedan.
"Es difícil determinar cuánta gente no va al doctor por miedo. Todos queremos evitar el dolor y las malas noticias. Sin embargo, lo que es irónico es que no yendo al médico aumentamos nuestras chances de tener malas noticias. Esto lo aprendí cuando estaba en la universidad y por un tema de costos no fui a mi limpieza dental anual durante un par de años. Cuando finalmente fui al dentista tuve que realizarme una serie de procedimientos dentales mucho más dolorosos y costosos", explicó en un reportaje a una cadena televisiva, la psicóloga estadounidense Jennifer Taitz.
¿Hipocondría es lo mismo que ansiedad?
En algún punto la ansiedad y la hipocondría tienen aspectos compartidos pero son diferentes.
Las personas con hipocondría están preocupadas por su salud física y tienen un miedo irreal de tener una enfermedad grave, según el Instituto Nacional de Salud Mental. Es un trastorno que se presenta por igual en hombres y mujeres.
Es como si se desatara un ciclo de preocupaciones, a partir de los síntomas físicos en los que se enfocan y en relación a los cuales desatan un ciclo de síntomas difícil de detener, explican los expertos.
Un dato importante es que hay que tener en cuenta que las personas con hipocondría no crean o inventan estos síntomas intencionalmente (no fingen estar enfermas), sino que no son capaces de controlarlos.
Sea por la razón que fuese, por miedo a los costos o por miedo a los resultados, nunca es un "buen negocio" dejar de consultar al médico o interrumpir un tratamiento. La información en este caso es lo único que puede reducir la angustia previa, porque en general los miedos muchas veces suelen ser peor que la realidad misma.
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