Según un estudio recientemente publicado en la revista Obesity, las personas juzgaban a las mujeres delgadas de una forma diferente si sabían acerca de su historial de peso. Y resultó que las que habían tenido sobrepeso en el pasado, resultaron menos atractivas que las que siempre han sido delgadas.
La investigación, realizada por la Universidad de Hawai, en Manoa, se realizó con 273 participantes, a los que se les pidió que hicieran descripciones cortas acerca de las mujeres que habían perdido 70 libras y de las personas que habían permanecido con igual peso.
Puntos clave
Se pidió a los participantes que hablaran de esas mujeres y que comentaran cuán atractivas resultaban. Y en general, se comprobó que incluso si las mujeres eran delgadas ahora, las personas fueron más propensas a decir que éstas eran menos atractivas, sólo porque sabían que fueron obesas en un momento de su vida.
"Nos sorprendió encontrar que en la actualidad las mujeres delgadas se han considerado de manera diferente dependiendo de su historial de peso", dijo la Dra. Janet Latner, que condujo el estudio. "Las personas que han sido obesas en el pasado eran percibidas como menos atractivas que aquellas que siempre han sido delgados, a pesar de tener idéntico peso y altura”, declaró.
Los autores del estudio sospechan que el hecho de que los medios hacen que parezca fácil perder peso, puede ser perjudicial para quienes lo padecen, y aumentan el estigma de la obesidad.
“El mensaje que a menudo escuchamos de la sociedad es que el peso es altamente controlable, pero la ciencia actual estima que la fisiología y la genética, así como el entorno y la alimentación, juegan un papel fundamental en el control del peso", afirmó la Dra. Kerry O'Brien, de la Universidad de Manchester, Inglaterra, coautora del estudio.
En Estados Unidos, más de una tercera parte de los adultos, es decir 72 millones de personas, son obesas, según Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés).
Las tasas de obesidad son significativamente más altas en algunos grupos raciales o étnicos: en las personas de raza negra no hispanas o afroamericanas, la prevalencia de obesidad es del 51% más alta que en los blancos no hispanos, y los hispanos tienen una prevalencia 21% mayor que los blancos no hispanos.