Que un niño desarrolle miopía depende en gran parte de la herencia genética.
Sin embargo, en los últimos años distintos estudios resaltaron el impacto que otros factores pueden tener sobre este trastorno de la vista, como el tiempo al aire libre, la exposición a pantallas, el uso de una luz adecuada y una dieta equilibrada.
Puntos clave
- La miopía es el trastorno de la vista más común entre los jóvenes.
- En la miopía, un ojo es más largo desde el frente hacia atrás que un ojo normal, por lo que la luz se enfoca frente a la retina y no sobre ella, dificultando ver los objetos lejanos.
- Ciertos factores pueden impactar sobre la miopía, como el tiempo al aire libre, la exposición a pantallas, el uso de una luz adecuada y una dieta equilibrada.
Aire libre y trabajo de cerca
Una revisión de estudios publicada en Ophthalmology, halló que los niños que tienen miopía pasan casi 4 horas menos al aire libre que aquellos que no tienen este trastorno de la vista.
Los autores incluso señalaron que incrementando una hora a la semana el tiempo en el exterior se podría reducir el riesgo de miopía en un 2%.
Esta asociación aún se continúa investigado, aunque muchos expertos coinciden con que el efecto protector puede deberse a la alta intensidad o cromaticidad de luz en el exterior, o al aumento de los niveles de vitamina D (que se obtiene con la exposición moderada a la luz solar).
Otro trabajo publicado en Deutsches Ärzteblatt International resaltó la necesidad de que padres, pediatras y escuelas presten especial atención a ciertos factores de riesgo para combatir la incidencia de miopía en los niños, como la exposición a la luz solar, realizar actividades a distancias visuales cortas (trabajos de cerca) o el mayor uso de medios digitales.
Los autores señalaron que una persona con poca exposición a la luz del día tiene un riesgo 5 veces mayor de desarrollar miopía, que puede aumentar hasta 16 veces si también realiza trabajos de cerca.
Una buena dieta
Una buena alimentación es necesaria para que los niños crezcan sanos y desarrollen correctamente todas las funciones corporales. En el caso de la miopía, el aporte de vitaminas A, C, y E, ácidos grasos Omega 3, y minerales como selenio y zinc, son fundamentales.
Puedes incorporar estos nutrientes a la dieta de los niños con frutas, como naranja, melón o mango, vegetales, como brócoli, acelga o zanahorias, aguacates, cereales, y pescados, entre otras opciones.
No lo olvides
Prestar atención a estos factores de riesgo es importante para combatir la miopía, pero sin duda la mejor forma de prevenir cualquier complicación es realizando visitas regulares al oftalmólogo.
Los profesionales de la salud pueden anticiparse a la aparición de cualquier problema o detectarlo a tiempo, cuando las posibilidades de cura son mayores.
Los niños deben realizarse exámenes de detección de problemas oculares y controles de la vista a los 6 meses, a los 3 años, antes de comenzar el primer grado, y cada 2 años durante la etapa escolar.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional del Ojo.