Bien dicen que en la vida hay cosas que jamás se olvidan, entre ellas, montar en bicicleta. Con el objetivo de compartir esta experiencia inolvidable con personas que tienen algún tipo de impedimento visual se ha instaurado este proyecto, el cual está conformado por verdaderos amantes de los pedales y las dos ruedas.
Puntos clave
“La bicicleta la usamos como una herramienta de trabajo para que todas las personas con discapacidades puedan sentir la experiencia de lo que es andar en bici, como los que somos unos apasionados de la bicicleta, ciclistas de corazón”, comenta Manuel de la Torre, director del proyecto.
Todos los domingos, desde hace tres años, este grupo de personas, conformados en su mayoría por voluntarios, se colocan frente al monumento de la Diana Cazadora, en el Paseo de la Reforma, de la Ciudad de México, dispuestos a ofrecer recorridos en bicicletas a personas con discapacidad visual.
“¿Qué nos motiva? Pues el amor el prójimo. Yo no haría esto si no fuera porque siento que no estoy siendo útil en la vida. Decenas de personas lo hacemos por amor y por eso este proyecto ha evolucionado”, declaró De la Torre.
Los guías o monitores son los responsables de hacer los recorridos, y para esto cuentan con 14 bicicletas dobles, un trineo de arrastre y una tricicleta, para que el beneficiario viva un momento formidable.
Desde que entró en acción este proyecto, en enero de 2010, hasta la fecha, más de 500 personas se han beneficiado de este programa, e incluso ha motivado a muchos usuarios a hacer ejercicio y seguirse superándose, como es el caso de Ricardo Carrillo, quien se convirtió en la primer persona invidente en participar en una competencia de duatlón en la Ciudad de México.
“Yo vi durante 28 años, y perdí la visión por la diabetes, caí en depresión. Se pregunta uno ¿qué va a hacer?... Desde que he venido aquí comparto con los voluntarios vivencias, todo eso hace que el paseo sea agradable, se va formando un grupo y a veces amistades. El ejercicio me gusta mucho, sentir la adrenalina y cuando voy a competir me encanta”, comentó.
Además de brindar paseos a las personas con discapacidad visual la asociación civil que forma parte de Paseo a Ciegas también organiza otras actividades con la comunidad como convivencias, rodadas nocturnas y traslados a museos. “Tenemos muchas actividades en donde somos congruentes con la inclusión, amor y respeto por las personas con discapacidad”, comentó Manuel de la Torre, quien resaltó también el uso de la bicicleta como una manera de fomentar la sustentabilidad.
“También vemos por una ciudad más sana, de alguna manera son aspectos ambientalistas que toca el paseo y todo lo hacemos en las bicicletas. Próximamente tendremos un proyecto en donde vamos a ir con todos nuestros beneficiarios a hacer una reforestación y hablar de temas ambientalistas”, agregó.
Este proyecto, el único en su tipo en la Ciudad de México, ha atraído la atención de varios representantes de otras naciones, los cuales buscan aplicar el programa en sus lugares de origen. “Nos han visitado en congresos con los que hemos platicado y ya se ha replicado en otros países como Argentina y Brasil”, finalizó.