Se llega a creer e incluso aceptar que las personas de 40 o 50 años pesen más que una de 30. Pero no debería ser así: el aumento de peso es el resultado de un desequilibrio entre la cantidad de energía que consumes y la que gastas, y no un rasgo normal de envejecer.
Los hallazgos sugieren que los tipos de alimentos que elijas, no sólo las calorías, son importantes para evitar el aumento de peso relacionado con la edad.
Comer más alimentos vegetales sin procesar puede ayudar a mantener la forma en la mediana edad, sugiere un estudio reciente. Por otro lado, la carne, las papas fritas y las bebidas azucaradas pueden ayudar a aumentar las libras.
Aceptar la suma de unas pocas libras no debería ser una excusa. Incluso pequeñas cantidades de exceso de peso pueden aumentar el riesgo de trastornos como diabetes, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y cáncer, informan los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Para investigar por qué sucede esto, un equipo de investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard, dirigido por el Dr. Dariush Mozaffarian y el Dr. Frank Hu, buscó obtener información sobre los cambios en el estilo de vida de las personas que padecen un aumento de peso gradual a largo plazo. Su trabajo fue financiado en parte por el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de los NIH, el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI).
Los buenos y los malos hábitos
El equipo siguió el estilo de vida y los hábitos alimenticios de 3 grandes grupos de profesionales de la salud, con un total de más de 120,000 personas, durante 12 a 20 años. Los participantes completaron una encuesta que detallaba su actividad física, sus hábitos de ver televisión, consumo de alcohol, duración del sueño y dieta. Su peso se midió cada 4 años. El estudio apareció en New England Journal of Medicine.
Los investigadores encontraron varios cambios generales en el estilo de vida relacionados con el aumento de peso durante un período de 4 años, y descubrieron 5 rasgos principales:
1. Actividad física: los participantes que aumentaron su actividad física ganaron menos peso que aquellos que no lo hicieron. Sin embargo, sólo los aumentos en la actividad durante el período produjeron este resultado; los niveles absolutos de actividad física no se asociaron con el cambio de peso.
2. Horas de sueño: las personas que durmieron menos de 6 horas al día o más de 8 horas ganaron más peso.
3. Ver mucha TV: los aumentos en las horas de ver televisión condujeron a una ganancia promedio de aproximadamente un tercio de libra por cada hora de televisión que se veía por día.
4. Mala elección de comidas: las elecciones de alimentos también afectaron el peso. Las papas fritas, las bebidas endulzadas con azúcar, las carnes procesadas y la carne roja sin procesar estaban relacionadas con un aumento de peso de alrededor de una libra o más. Comer más papas fritas llevó a una ganancia promedio de más de 3 libras.
5. Comer más granos refinados y dulces o postres: esto llevó a aproximadamente media libra de aumento de peso. Por el contrario, comer más vegetales, granos integrales, frutas, nueces y yogurt estuvo relacionado con la reducción de peso en un período de 4 años. El yogurt lideró el grupo, con un promedio de 0.82 libras de peso perdido.
Los investigadores sugieren que los alimentos altamente procesados pueden no satisfacer el hambre, tal como lo hacen los alimentos menos procesados y con mayor contenido de fibra, lo que provoca un mayor consumo total de calorías. La idea de que no hay alimentos 'buenos' o 'malos' es un mito que debe ser desacreditado, declaró el Dr. Hu.
Si bien los hallazgos son convincentes, se necesitarán futuros estudios controlados para confirmar si el consumo de ciertos alimentos en particular, puede afectar el aumento de peso a largo plazo más que el simple hecho de contar calorías, concluye la Dra. Allison Bierly, de los NIH.