El tráfico de las grandes ciudades, conciertos o aparatos electrodomésticos son ruidos a los que estamos expuestos cotidianamente y que, sin saberlo, pueden afectar a nuestros oídos.
La pérdida auditiva es la tercera afección crónica más común en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). La cantidad de personas que reportan tener pérdida auditiva es casi el doble de las que reportan tener diabetes o cáncer. En los Estados Unidos, aproximadamente 40 millones de adultos de 20 a 69 años tienen pérdida auditiva causada por el ruido, y cerca de uno de cada cuatro adultos que reportan tener una audición de “excelente a buena” ya tiene daño auditivo.
A nivel mundial, un informe del año 2015 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaba que unos 1,100 millones de adolescentes y jóvenes corren el riesgo de sufrir pérdida de audición por el uso nocivo de aparatos de audio personales, como teléfonos inteligentes, y por la exposición a niveles sonoros dañinos en lugares de ocio ruidosos, como clubes nocturnos, bares y eventos deportivos.
Decibeles
El sonido se mide en decibeles (dB). Un susurro tiene aproximadamente 30 dB; una conversación normal, cerca de 60 dB; y el motor de una motocicleta, 95 dB.
Un nivel perjudicial de ruido puede ser, por ejemplo, la exposición a más de 85 decibelios (dB) durante ocho horas o 100 dB durante 15 minutos, según la OMS.
La pérdida de audición inducida por el ruido puede ocurrir de una sola vez por un sonido intenso e impulsivo, como el de una explosión, o también puede ocurrir poco a poco por la exposición continua a sonidos fuertes, como los ruidos generados en una carpintería.
¿Qué sonidos pueden provocar pérdida de audición?
Cuanto más larga sea la exposición a la fuente sonora dañina, mayor será el riesgo de pérdida auditiva, especialmente cuando no se utiliza protección en los oídos o no existe suficiente tiempo de descanso entre exposiciones a sonidos fuertes.
Para prevenir la pérdida auditiva debemos saber cuáles son los ruidos que pueden dañar si la exposición es prolongada:
1. Actividades diarias
- Música de teléfonos móviles y dispositivos de escucha personales, especialmente cuando el volumen se ajusta cerca del máximo
- Metro
- Tráfico
- Clases de fitness
- Juguetes infantiles
2. Eventos
- Conciertos, restaurantes y bares
- Eventos deportivos, como partidos de fútbol, hockey y fútbol
- Acontecimientos deportivos motorizados
- Salas de cine
3.Otros
- Herramientas eléctricas
- Cortacéspedes y sopladores de hojas
- Sirenas
¿Está muy fuerte el ruido?
Si necesita levantar la voz para que los demás lo puedan oír, sí. Después de un evento con volumen alto, la audición normal se recupera generalmente en unas pocas horas o días. Sin embargo, la exposición repetida a ruidos fuertes terminará dañando el oído interno permanentemente.
Algunas maneras de proteger la audición son bajar el volumen, también tomar descansos periódicos del ruido y usar protección auditiva.
Los signos de que tal vez tenga pérdida auditiva incluyen dificultad para oír sonidos de alta frecuencia, como el timbre de la puerta, del teléfono o de la alarma del reloj despertador, y dificultad para entender conversaciones en un lugar ruidoso.