Un accidente la volvió muy sabia

Durante sus vacaciones, una mujer perdió el equilibrio mientras esquiaba y tuvo una lesión cerebral de índole menor, pero al despertar le aguardaba la mayor sorpresa de su vida.

Todo sucedió una tarde en una montaña nevada: "A mitad de camino en el descenso, cuando la velocidad era definitivamente rápida, toqué un borde, salí volando", declaró. "Me desmayé y cuando me recuperé, no experimenté ningún efecto desagradable como mareos o náuseas, de modo que seguí esquiando todo el día” relató.

En el hospital le diagnosticaron una conmoción cerebral leve. Pero ella se sentía totalmente nueva: en las semanas siguientes al accidente, su visión, la percepción y la memoria de las cosas cambiaron drásticamente.

"Podía de repente recordar todo lo que conocía, cada página de un libro, cada lugar, pero no una visión general, sino todo específicamente, hasta los edificios al detalle", relató en una nota a xojane.com. Y dijo que hasta podría dibujar los planos y diagramas de esos edificios.

Ella confesó que trató de ignorar los síntomas durante varias semanas, pero después de despertarse un día con una migraña increíble, se presentó al hospital para someterse a más pruebas.

Los médicos quedaron desconcertados por sus síntomas, por la nitidez de su memoria y rápidamente se convirtió en la nueva obsesión de todos los neurólogos, quienes se dieron cuenta de que se hallaban frente a algo inusual.

Después de cientos de pruebas y 2 años de observación, le diagnosticaron el síndrome de Savant adquirido, una enfermedad rara que afecta sólo a 50 personas en el mundo.

Hubo otros casos similares y curiosos. Kim Peek fue el Savant más conocido del mundo, murió en 2009 a los 58 años en Utah. Fue quien inspiró el personaje de la película Rain Man y sorprendió al mundo entero con sus asombrosas capacidades intelectuales: podía almacenar más de 9,000 libros en su memoria, aprender el contenido de una página en apenas 10 segundos y tenía la capacidad de leer simultáneamente una página con cada ojo. Pero no podía vestirse o peinarse sin ayuda de otra persona.

El síndrome de los sabios

El síndrome de Savant o del sabio supone habilidades matemáticas, de memoria o artísticas especiales, y los estudios -mediante técnicas de neuroimagen- revelaron que la mayoría tienen alteraciones en el hemisferio izquierdo de su cerebro. Por eso gran parte de ellos son también autistas. 

El trastorno se define como adquirido cuando sucede después de un golpe accidental en la cabeza, como el de la mujer que esquiaba. Pero hay personas que nacen con estas habilidades.

Para Darold Treffert, profesor de la Universidad de Wisconsin y principal autoridad en estudiar el tema, una posible explicación de la genialidad es que cuando el hemisferio izquierdo no funciona bien, el derecho lo compensa desarrollando nuevas habilidades, posiblemente reclutando tejido neuronal que en condiciones normales se destina a otras funciones.

Otra posibilidad, dice Treffert, es que "la lesión en el hemisferio izquierdo reflote habilidades en el derecho que habían estado latentes pero sin protagonismo, debido a lo que se conoce como la tiranía del cerebro izquierdo dominante" según su teoría.

Son casos extraordinarios de memoria sin filtros. Los psicólogos Allan Snyder y John Mitchell aseguran que "todos llevamos un Savant dentro". Para ellos, nuestro cerebro reúne todos los datos que nos llegan, los procesa y suprime la información accesoria para crear una única idea, que es la que se hace consciente.

Pero en el cerebro de los Savants o genios, la información no se edita, y el resultado es similar a "ver las imágenes con mucho detalle, como los píxeles individuales en una fotografía", explicó Snyder.