Un nuevo producto revoluciona a varias ciudades de los Estados Unidos, Canadá y hasta del Reino Unido. Se trata de un suplemento dietario a base de frambuesas, y según ha expresado el mediático doctor Oz en su show televisivo – sin mencionar el nombre comercial – “es un milagro embotellado que permite quemar grasas.” El doctor Oz no es la única figura famosa que publicita el producto, ya que anteriormente lo habían hecho Oprah Winfrey y Kim Kardashian.
Desde la aparición al aire del suplemento, es casi imposible encontrarlo en las tiendas especializadas: los clientes arrasaron con las existencias buscando las “cetonas de frambuesa”, esa magia envasada que podría ayudar a que el cuerpo queme más grasas. Las cetonas son un compuesto orgánico que le dan el característico aroma a las frambuesas y ya hay imitaciones baratas provenientes de China, que al parecer son de baja calidad y no aseguran los mismos resultados que las fabricadas en los Estados Unidos.
Puntos clave
Las cetonas de frambuesa se publicitan como saludables y sin efectos adversos, y contribuyen a producir adiponectina, una hormona del tejido adiposo que “mejoraría” la capacidad del cuerpo de metabolizar las grasas. También aducen que las personas delgadas tienen índices más altos de esta hormona, en relación con quienes tienen sobrepeso.
Las pruebas de laboratorio realizadas en ratones hallaron que el producto tiene sustancias que estimulan la actividad lipolítica, que rompe la estructura de las grasas. Se alimentaron roedores con una dieta muy alta en grasas durante 10 semanas, y el suministro de cetonas mostró una reducción del índice de grasas en el hígado y en la adiposidad visceral o abdominal.
Varios especialistas en nutrición dudan de su efectividad ya que aún no se han hecho pruebas clínicas en humanos: nosotros tenemos una fisiología diferente y también razones emocionales para comer o dejar de hacerlo.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón aconseja consultar con el médico antes de consumir cualquier producto para bajar de peso, tales como suplementos, hierbas o medicamentos de venta libre. A su vez, especialistas en nutrición reflexionan sobre las conductas de quienes buscan un milagro en lugar de controlar lo que se come y cuánta actividad física se realiza.
Millones de dólares al año se gastan cremas o píldoras que no cumplen lo que prometen. Sin duda no será quien las compra el que adelgace, pero sin duda sí lo hará su billetera.