El primer caso de un bebé con VIH en que se logró la remisión, se conoció en marzo de 2013: una niña de Mississippi nació con VIH y los médicos administraron el tratamiento dentro de las primeras cuatro horas de haber venido al mundo, y lograron que ella esté ahora libre del virus a pesar de haber dejado los medicamentos. Ya tiene 3 años y medio y es un ejemplo de estudio a nivel mundial.
Ahora, los médicos del Hospital Infantil Mattel de la UCLA han repetido ese método y lograron detener el avance del VIH en un bebé. Sospechan que haber iniciado el tratamiento en las primeras horas de vida fue la clave para vencer al virus.
Puntos clave
- En bebés que nacen con VIH, es vital tratarlos en las primeras horas
- Así se logró la cura de otro niño en Los Ángeles
- La OMS también recomienda acelerar los tiempos de tratamiento
"No sabemos si el bebé está en remisión, pero parece que así es" dijo Yvonne Bryson, de la UCLA a The Associated Press.
Por ahora, este niño sigue recibiendo sus medicinas para tratar el VIH, por eso los médicos no quieren hablar en forma contundente de una “cura” pero sí abrigan grandes esperanzas, porque a pesar de dar positivo en los análisis, no muestra signos de la enfermedad y se ve enteramente saludable.
Estos casos inspiran a los médicos a estudiar a fondo los beneficios de actuar contra el virus lo antes posible cuando un bebé ha nacido con VIH.
En el hospital de la UCLA se está haciendo un seguimiento profundo de 60 niños a los que se ha suministrado el tratamiento inmediato. Y están monitoreando bien de cerca los resultados con el paso del tiempo.
Ese puede ser un camino viable que genera grandes esperanzas a los médicos: estos recién nacidos podrían crecer libres del virus y no estar expuestos a padecer sida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomienda que se actúe lo antes posible. En 2013 cambió las guías de tratamiento para el VIH: señala que comenzar a tomar los fármacos cuando el sistema inmune no está tan debilitado, podría salvar hasta 3 millones de personas en 2025, llevando al VIH a un declive irreversible.
