"Por primera vez en una generación proponemos mejoras significativas a la calidad nutricional de las comidas que se les sirven a los niños en todo el país", expresó a los reporteros Tom Vilsack, secretario del USDA, durante una conferencia de prensa realizada el jueves.
Vilsack señaló que alrededor de un tercio de los niños en edad escolar son obesos, al tiempo que afirmó: "Estos niños consumirán en la escuela entre un tercio y la mitad de las calorías que necesitan, y nosotros podemos tener un impacto positivo al mejorar la calidad nutricional de las comidas escolares".
Una experta en nutrición estuvo de acuerdo.
"Contar con comidas más saludables en las escuelas es un paso fundamental para que los niños aprendan acerca de los alimentos saludables y los consuman, y para reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades crónicas y obesidad", afirmó Samantha Heller, dietista, nutricionista, fisióloga del ejercicio y coordinadora de nutrición clínica del Center for Cancer Care (Centro para la Atención del Cáncer) de Griffin Hospital en Derby, Connecticut.
Las nuevas directrices también exigen la inclusión de más productos integrales y la utilización de leche descremada o semidescremada. Según la Associated Press (AP), también limitarían a una taza a la semana la cantidad de verduras feculentas, de modo que las papas fritas no formarían parte del menú diario.
Además, el país puede contar con un incentivo financiero al fomentar las comidas escolares saludables. "Si no tomamos cartas en la epidemia de obesidad, para 2018 afrontaremos costos adicionales de atención médica de casi $344 mil millones; es decir, más del 21 por ciento de nuestro gasto actual en atención médica", afirmó Vilsack.
Según las estadísticas para el 2008 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU., casi el 17 por ciento de los niños y adolescentes de entre 2 y 19 años son obesos.
Las nuevas directrices sobre las comidas escolares, que podrían afectar a más de 32 millones de niños, se basan en las recomendaciones de un informe de 2009 del Instituto de Medicina, una rama de la National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias).
El cambio en las directrices se da solo unas semanas después de que el Presidente Barack Obama firmara la Ley de Nutrición Infantil, la que ayudará a que las escuelas paguen por comidas más saludables, que pueden resultar más caras.
Las comidas que abarcarían las nuevas directrices se ofrecen actualmente gratis o a bajo costo a los niños de bajos ingresos y ya están sujetas a los estándares de nutrición gubernamentales. Según la nueva ley, los estándares de nutrición se harán extensivos, por primera vez, a los alimentos que se venden en las escuelas y que no cuentan con subsidio gubernamental. Entre estos se encuentran los alimentos "a la carte" (a la carta) que figuran dentro del almuerzo y los refrigerios que se compran en las máquinas expendedoras, informó la AP.
Hasta ahora, las directrices siguen siendo una propuesta, y podrían transcurrir varios años antes de que a las escuelas se les exija hacer cambios, informó el servicio de noticias.
Entre las nuevas directrices propuestas se encuentran:
- Las comidas escolares tendrían límites de calorías.
- La sal se reduciría a la mitad en el transcurso de 10 años.
- Se prohibirían la mayoría de las grasas trans.
- Se incluirían más frutas y verduras en cada comida.
- Solo se serviría leche descremada o semidescremada.
- Se aumentaría la cantidad de productos integrales de las comidas y, con el tiempo, solo se incluirían productos integrales.
- El desayuno incluiría tanto granos como proteínas, no unos u otras.
"Estos son los tipos de cambios sensibles en la nutrición escolar que acogemos con agrado ", afirmó el Dr. David L. Katz, director del Prevention Research Center (Centro de Investigación Preventiva) de la Facultad de Medicina de Yale University. "Sin embargo, me temo que habrá cierta oposición de parte de aquellas personas que ven en esto un intento del gobierno por 'dictar' las opciones alimenticias de los niños", agregó.
Katz expresó no estar de acuerdo con ese argumento, a la par que afirmó: "Los niños constituyen un público cautivo en las escuelas y, por tanto, cualquiera que sean los alimentos que se les ofrezcan se influirá en las opciones que elijan. En una época en que la obesidad infantil es epidémica y la diabetes tipo 2 prolifera, junto con una larga lista de otras enfermedades pediátricas potencialmente asociadas con la dieta, ¿cómo podríamos permitir opciones que se inclinen por estándares nutricionales más bajos y riesgos para la salud más altos?
Heller estuvo de acuerdo en que los cambios propuestos son necesarios.
Y agregó: "Este será un proceso, pero cuanto antes nuestros niños adquieran conductas de un estilo de vida saludable, mejor. Ahora, tenemos que encontrar las maneras de animar a los padres para que ofrezcan en casa opciones saludables".
Más información
El Departamento de Agricultura de los EE. UU. ofrece más información sobre las dietas saludables.
FUENTES: Samantha Heller, M.S., R.D., dietista, nutricionista, fisióloga del ejercicio y coordinadora de nutrición clínica del Center for Cancer Care (Centro para la Atención del Cáncer) de Griffin Hospital en Derby, Connecticut; David L. Katz, M.D., M.P.H., director del Prevention Research Center (Centro de Investigación Preventiva) de la Facultad de Medicina de Yale University, New Haven, Connecticut; 13 de enero de 2011, conferencia de prensa del Departamento de Agricultura de los EE. UU., con la participación de su secretario Tom Vilsack; 13 de enero de 2011, Associated Press.