De qué están muriendo los adultos blancos no hispanos

Uno de los grandes logros de la ciencia en el siglo XX ha sido elevar la expectativa de vida —el tiempo que una persona vive— gracias a nuevas drogas para el manejo de la enfermedad crónica y a novedosos tratamientos para curar.

Sin embargo, estos avances parecen no estar impactando en la población blanca no hispana de entre 45 y 54 años, y especialmente en aquéllos menos educados, que están muriendo a un ritmo acelerado. El doctor Angus Deaton junto con la doctora Anne Case (quien también es su esposa) hallaron que las muertes en este grupo de población aumentaron de 134 por cada 100,000 personas en 1999 a 1,999 por cada 100,000 en el 2014.

De qué están muriendo los adultos blancos no hispanos
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

Y lo que más sorprendió a los investigadores es que las causas de muerte no son las más frecuentes sino que se desencadenan por el alcohol, el abuso de sustancias y hasta el deseo de morir, revelan en el análisis publicado en la revista Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS)

En un artículo publicado en The New York Times, el doctor Samuel Preston, profesor de Sociología en la Universidad de Pennsylvania dijo estar consternado. "Algo está muy mal en estas familias". El doctor Deaton comparó esta escalada de muertes "a los peores años de la epidemia de VIH/Sida".

Los hispanos son por lejos el grupo con la tasa más baja de mortalidad entre los 45 y los 54 años: 262 por cada 100,000 personas. Los afroamericanos en ese rango de edad tienen una mortalidad alta comparada con los blancos no hispanos en general —581 por cada 100,000 personas contra 415— pero la brecha se está cerrando. 

Los expertos buscan ahora respuestas para números tan alarmantes. Según los economistas de la Universidad Darmouth, Ellean Meara y Jonathan Skinner —quienes comentaron el trabajo en PNAS—el acceso a drogas para el dolor crónico que causan adicción, y la incertidumbre frente al futuro financiero pueden contar como factores importantes en esta escalada de muertes.

La baja educación relacionada con el menor acceso al cuidado de salud también genera una brecha de atención en este grupo, indica el análisis

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