Phil Hughes tenía 25 años y estaba cumpliendo el sueño de su vida: jugar profesionalmente al críquet. Había nacido en Macksville, en Nueva Gales del Sur, el 30 de noviembre de 1988. A los 17 años se mudó a Sídney y empezó a jugar para el club Western Suburbs.
Al año siguiente formó parte del equipo de Nueva Gales del Sur, y dos años más tarde tuvo el honor de reemplazar al legendario Matthew Hayden y afianzarse en el club.
Pero un accidente en pleno partido le costó la vida: Hughes participaba en un evento entre Australia del Sur y Nueva Gales del Sur el día martes 25 de noviembre y recibió un golpe en una parte de la cabeza que no estaba protegida por el casco, y por no calcular bien al recibir el lanzamiento que le hizo Sean Abbott.
El golpe lo dejó tendido en el estadio y fue atendido de inmediato, pero unos momentos más tarde, entraría en un coma del que nunca despertó. El impacto le fracturó el cráneo y le provocó una hemorragia cerebral. Fue operado e inducido al coma para aliviar la presión en la zona afectada, pero ya nada se podía hacer por él.
No había ninguna esperanza, y sus familiares decidieron desconectar los aparatos que lo mantenían vivo. Los médicos del Hospital St. Vincent de Sídney anunciaron oficialmente su muerte en el día de hoy.
"Nunca llegó a recobrar la consciencia tras la herida que sufrió el martes. No sufría cuando murió y estaba rodeado de su familia y amigos más cercanos", detalló el jefe del equipo médico, Peter Brukner, en un comunicado.
El Críquet y sus riesgos
A pesar de que el críquet es uno de los deportes de equipo más populares del mundo, se han realizado relativamente pocas publicaciones en la literatura médica sobre las lesiones que se producen durante el juego.
Pero uno de ellos, llevado a cabo por John Orchard, de la University of Melbourne, en Australia y Queensland Criquet Association de Australia, arroja datos interesantes. Las lesiones más comunes del críquet son las distensiones de isquiotibiales, las tensiones laterales, las lesiones en la ingle, en las muñeca y en las manos, además del daño frecuente que padecen los jugadores en los tejidos blandos de la zona lumbar. Las lesiones por golpes en la cabeza no se encuentran entre las más frecuentes.
En Australia a nivel amateur, las lesiones provocadas por el críquet son comunes y probablemente reflejan la popularidad del deporte: representan el 7,3% de los motivos por lo que se ingresa a emergencias en adultos y el 3,7% en niños.