Después de ahorrar bastante como para ser atendida en una clínica privada y dar a luz a su primer hijo, Yizzel Morán, de 30 años, fue internada en octubre de 2013 en un centro médico que le inspiraba confianza.
El parto por cesárea aparentemente se desarrolló según lo previsto. Pero Morán continuó con fuertes dolores abdominales durante varios meses, y los doctores que consultó le indicaron que tomara antiinflamatorios y laxantes, según declaró en una entrevista al canal Telemetro de Panamá.
Ella contó que los dolores eran muy intensos y que los médicos le daban medicinas sin examinarla, pero "seguían los dolores y de nuevo comenzaba con diclofenaco, laxantes, y aunque me revisaban, nunca me hicieron una placa, ultrasonido ni nada", narró Morán.
Después de 9 meses con dolores insoportables y casi sin poder moverse, en julio fue al hospital público de Santo Tomás, en la capital de Panamá. Allí los médicos tomaron en serio su caso, y después de realizarle varios exámenes, hallaron que la causa de su sufrimiento eran unas tijeras quirúrgicas que habían sido “olvidadas” durante la cirugía.
Casi muere por tragar una lapicera
En julio de 2014 se conoció el caso de una mujer de 20 años de Taipei, Taiwán, que estaba agonizando y los médicos no encontraban la razón de su grave estado. Los dolores intensos casi no la dejaban respirar, y la habían tratado por problemas intestinales e incluso le sugirieron que podía ser depresión lo que padecía.
Pero ella no se daba por vencida y en una última consulta en el Hospital de Taipei, los médicos decidieron realizar una endoscopía y descubrieron el verdadero problema: había tragado una lapicera de fuente que medía cuatro pulgadas y ésta se alojó en el estómago.
Ella no recuerda en qué momento tuvo este incidente, no sabe cómo ese objeto pudo llegar a su aparato digestivo, pero ahora respira feliz y aliviada, al saber que el verdadero problema está fuera de su cuerpo. Los médicos informaron que el objeto permaneció allí dentro por demasiado tiempo, y que podría haberle causado una peritonitis e incluso, la muerte.