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Obesidad y adolescencia: el corazón se enferma y no se nota

En un estudio presentado recientemente en un congreso europeo, los investigadores examinaron la estructura y la función de los corazones de 97 adolescentes (32 delgados, 33 con sobrepeso y 32 obesos) sin síntomas de enfermedad cardiaca. Los resultados mostraron que los adolescentes obesos tenían corazones dañados con paredes más gruesas y una función cardiaca afectada. En obesos adultos ya se había demostrado que la obesidad es un factor de riesgo para el corazón.

"Las escuelas deben ofrecer educación sobre la comida sana y el ejercicio para prevenir la obesidad y la enfermedad cardiovascular precoz en adolescentes", señaló en un comunicado de prensa de la asociación el autor líder Gani Bajraktari, profesor de medicina interna y cardiología de la Universidad de Pristina en Kosovo. "Se trata de un paso importante para prevenir la obesidad y la enfermedad cardiovasculares en los adultos".

Obesidad y adolescencia: el corazón se enferma y no se nota
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Puntos clave

Se necesitan más estudios para determinar si el daño cardiaco en los adolescentes obesos se puede revertir si pierden peso, señalaron los investigadores. Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Consecuencias de la obesidad adolescente

La Academia Americana de Pediatría informa que tres de cada cuatro adolescentes obesos lo será también en la adultez. Esto los predispone a afecciones serias como artritis degenerativa, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diversos tipos de cáncer.

Si bien estas enfermedades no se manifiestan hasta una edad más avanzada, pueden surgir otros problemas médicos durante la etapa de la adolescencia entre los adolescentes con obesidad mórbida: alto colesterol y triglicéridos, infecciones cutáneas, dolores de espalda, rodillas y cadera, fracturas de tobillo, hipertensión, pancreatitis, excesiva secreción de insulina, diabetes y apnea de sueño obstructiva,

Una pérdida de peso, aún moderada, puede llegar a normalizar la presión sanguínea y eliminar el riesgo de muchas de las afecciones mencionadas. Sin embargo, el daño emocional de un adolescente con sobrepeso puede ser muy serio. En una cultura como la nuestra que idealiza la delgadez, el estigma social asociado con la obesidad es muy marcado y rechazado por muchos jóvenes. 

El doctor Garry Sigman, director de medicina adolescente del Hospital de Niños Luterano de Park Ridge, Illinois, explica que el prejuicio y la intolerancia social con la gente obesa se han equiparado con el racismo, y los padres de esos jóvenes deberían estar alerta, ya que suelen ser propensos a tener ansiedad y depresión.

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