Los remedios a base de hierbas y otros ingredientes naturales han tenido usos terapéuticos desde la antigüedad y la Medicina Tradicional China, cuenta entre otras prácticas, con regímenes basados en plantas para el tratamiento de diferentes condiciones de salud. Inspirándose y explorando estos conocimientos ancestrales, la Dra. Youyou logró descubrir el potencial del extracto de la planta Artemisia annua para enfrentar la malaria.
La línea de trabajo comprendió más de 2,000 recetas tradicionales, de las cuales se obtuvieron 640 plantas con posible actividad anti malaria y más de 380 extractos de interés científico. El descubrimiento de la artemisinina fue el primer paso de un complicado y largo camino hacia el uso de una molécula natural para la creación del nuevo fármaco. Fue en 1971 cuando los científicos demostraron que los extractos de Artemisia eran antimalaria. Un año más tarde se aisló su ingrediente activo y se descifró su estructura química.
Si bien, en la búsqueda de respuestas la Dra. Youyou encontró un libro firmado por Ge Hong que hablaba del qinghao (el nombre asiático de la Artemisia annua) y describía su uso (disolver un puñado en dos litros de agua, exprimir el jugo y beberlo), fue la aplicación del conocimiento científico y los procedimientos de investigación lo que dio como resultado el nivel de purificación del extracto y la forma farmacéutica que se necesitaba para que tuviera el efecto deseado.
Al respeto, en un artículo publicado en Nature Medicine con los detalles de su trabajo, la Dra. YouYou, quien también ha estado involucrada en varias investigaciones de la medicina herbal china en la Academia de Medicina Tradicional China, resaltó que existen más extractos y compuestos que pueden ser hallados a partir del conocimiento tradicional, pero que deben superar las mismas pruebas para ser incorporados en la práctica clínica.
Cabe destacar que hasta finales del siglo XIX todos los medicamentos procedían de la naturaleza, pero con el desarrollo de la química orgánica, se fueron separando las sustancias químicas responsables de su acción, naciendo así el concepto de principio activo. Antibióticos como la penicilina y analgésicos como la morfina y la codeína son un ejemplo de ello.
De acuerdo con las investigaciones realizadas por la Universidad de Washington, en Estados Unidos, la artemisina (también llamada ajenjo dulce) puede matar las células de cáncer de pulmón en pocas horas. La hierba reduciría las células de cáncer de pulmón hasta un 28% y en combinación con el hierro, eliminaría con éxito el cáncer sin impactar de forma negativa las células sanas.
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