Esa fue la conclusión del estudio “Fast Food F.A.C.T.S, Food Advertising to Children and Teens Score”, que asegura que las principales cadenas de comida rápida siguen siendo de alto riesgo para la salud de los más jóvenes porque no cumplen con la recomendación de ofrecer menúes saludables y porque abarrotan de publicidad.
El trabajo fue realizado por el Yale Rudd Center for Food Policy & Obesity, una organización sin fines de lucro que analiza el impacto de la industria.
Puntos clave
- Se analizaron 3.039 combinaciones de menúes infantiles.
- Los snacks que promocionan contienen 1.500 calorías: cinco veces más de lo recomendado.
- La obesidad infantil se ha triplicado en las últimas tres décadas.
Los investigadores examinaron los esfuerzos de marketing de 12 de las cadenas más grandes del país y analizaron la cantidad de calorías, azúcar y sal en más de 3.000 combinaciones de menúes infantiles y en 2.781 ingredientes que conforman todos los menúes. También evaluaron las prácticas de marketing de esta docena de grandes empresas.
Algunos de los resultados más destacados fueron:
- Los niños hispanos en edad preescolar ven 290 avisos publicitarios de comida rápida por TV cada año.
- En 2009, la industria gastó más de 4 mil millones de dólares en avisos en TV, internet, redes sociales y celulares.
- Entre 2007 y 2009, el número de avisos de estas cadenas aumentó, promedio, un 21 por ciento, apuntando cada vez con más agresividad al consumidor sin licencia de conducir.
- El 30 por ciento de las calorías en los menúes que consumen niños y adolescentes provienen de azúcar y grasas saturadas.
- Sólo 12 de 3.039 combinaciones de menúes analizados calificaron como “saludables” para niños en edad preescolar.
- Los snacks que se promocionan para el consumidor adolescente contienen 1.500 calorías: cinco veces más de la recomendación de la American Dietetic Association, que es de 200 a 300 calorías por snack.
También llegaron a la conclusión que los vendedores rara vez ofrecen al cliente opciones saludables. Para comprobarlo, los investigadores se “disfrazaron” de consumidores ávidos de hamburguesas, papas fritas, pizza y donuts ,y ordenaron 250 menúes infantiles en locales de todo el país.
En McDonald’s, Burger King, Wendy’s y Taco Bell, los empleados sirvieron automáticamente papas fritas u otro acompañamiento poco saludable en el 84 por ciento de los casos. Sodas y otras bebidas no saludables se colocaron en la bandeja sin consultar al menos en el 55 por ciento de los casos.
“Nuestros resultados muestran que las promesas de la industria de producir comida más saludable para los jóvenes no es suficiente”, dijo Kelly Brownell, coautora del estudio y directora del Yale Rudd Center, en un comunicado de prensa. Y agregó que: “si realmente estas cadenas quieren ser buenos socios de la salud pública, deben reducir drásticamente la cantidad de mercadeo que apunta a que los más jóvenes consuman comida rápida”.
Como anticipándose al lanzamiento de este estudio, cuatro días antes, la Junta de Supervisores de la ciudad de San Francisco votó por prohibir la entrega de juguetes con las comidas infantiles en los restaurantes de "fast food" si éstas no cumplen con estándares nutricionales, es decir, menos de 600 calorías y menos de 640 gramos de sodio.
La prohibición, que entraría en efecto en diciembre de 2011, apunta a luchar contra la obesidad, una epidemia que en San Francisco afecta al 30 por ciento de los escolares que cursan el quinto grado.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la obesidad infantil se ha triplicado en las últimas tres décadas en el país, lo que, dicen expertos, provocará que una generación joven padezca en forma prematura enfermedades o condiciones propias de la adultez como colesterol alto y diabetes.
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