La Dra. Donna Beegle (foto, derecha) y su familia estaban volando a Portland, Oregon, para pasar unas vacaciones en Disney World en Orlando, Florida, a través de la línea United Airlines cuando su hija, Juliette, una joven autista de 15 años, dijo que tenía hambre.
Le trajeron bocadillos fríos y se negó a comerlos. Donna les dijo que Juliette (foto, izquierda) era especial y que necesitaba un plato caliente, pues de otro modo, iba a tener una crisis. Pero las azafatas le explicaron que la comida caliente era sólo para los pasajeros de primera clase.
Ella le contestó al personal del vuelo: "Bueno ¿qué tal si tiene un colapso, y empieza a llorar? ¿usted querrá ayudarla?”.
Al escuchar esto, le trajeron lo que pedía y la joven se calmó, por eso la madre se sorprendió cuando al rato, el avión hizo un aterrizaje de emergencia en Salt Lake City, Utah, donde la policía pidió expresamente a la familia que abandone el vuelo.
La Dra Beegle dijo: "Nos quedamos impactados al oírles decir (al personal) que íbamos a hacer un aterrizaje de emergencia por tener un pasajero con problemas de comportamiento. Yo les pregunté por qué y me dijeron 'el capitán no se siente cómodo para viajar a Portland con su hija en el vuelo’.
En su página de Facebook, la madre de la joven escribió: "Juliette comía y estaba viendo Pocahontas cuando oímos lo del aterrizaje forzado; ella estaba calmada" Y agregó que le pareció terrible la forma en que trataron a su hija. "Este fue un caso puro de la ignorancia" expresó.
La familia se quejó en la Administración Federal de Aviación y planea demandar a la aerolínea por discriminación.
Madres y obesos discriminados
En marzo de 2015, en Australia, una mujer y su bebé fueron obligados a bajar del avión porque ella se negó a dejar de amamantar a su hijo durante el despegue.
A pesar de que utilizó un manto para cubrir sus senos y su cabeza, y llevaba el cinturón de seguridad puesto, personal de la aerolínea Virgin Australia consideró que Virginie Rugters no podía dar el pecho al bebé en ese momento, aunque ella les preguntó cuál era el peligro real y no supieron explicarle.
La mujer quedó varada 24 horas en el aeropuerto de Gold Coast con su bebé y la empresa se negó a cubrir los gastos extra de hotel y taxi.
Aunque este caso es llamativo, los casos de discriminación más frecuente los padecen las personas con sobrepeso.
Muchas veces, como le sucedió a Matthew Harper, quien pesa 339 libras (154 kilos) después de hacerlos bajar, les permiten abordar de nuevo el avión, pero sólo si compran otro boleto.
En junio de 2013, Matthew, de 34 años, fue forzado a bajar de un avión perteneciente Southwest Airlines, en un vuelo de Chicago a Denver, Colorado. En seguida, personal de la tripulación le explicó que la compañía tenía una política específica para personas con exceso de peso: debería comprar otro boleto, y él lo hizo, pero al regresar al avión, sintió la mayor vergüenza que recuerde.
"Nunca había sido humillado así en toda mi vida", confesó Harper, y agregó que lo hicieron sentir “como un criminal". Luego presentó una demanda contra Southwest.
A nivel legal, no hay límite de peso para los pasajeros de los vuelos dentro del país, pero algunas aerolíneas como Southwest piden los clientes que si saben que no entran en un asiento, compren dos pasajes. Y además, los instan a viajar fuera de la temporada alta de vacaciones.