Una razón más para darles más vegetales a los niños: un estudio reciente, publicado en el boletín de la Academia de Nutrición y Dietética encontró un vínculo entre el sobrepeso y la obesidad con el desarrollo de asma.
La investigación revisó las publicaciones más recientes a fin de encontrar respuestas a la pregunta de: ¿El aumento del peso corporal está relacionado con el asma infantil?
Puntos clave
- Casi el 10% de los niños estadounidenses son asmáticos
- Hay menor índice de asma en los niños que fueron amamantados
- Al combatir la obesidad infantil, se reduciría la tasa de asma en niños
Los científicos analizaron 434 estudios epidemiológicos realizados en niños y adolescentes, entre 2006 y 2011, de la base de datos Medline. De este total, 48 estudios cumplían con el criterio buscado.
Descubrieron un vínculo significativo aunque leve entre los niños de mucho peso y el asma.
Esta relación se acentúa más aún en los casos de asma no alérgica.
En cuanto al género más afectado, los resultados fueron parejos.
Según los expertos, este estudio sirve para entender la importancia de la prevención y el tratamiento de niños con sobrepeso y obesidad, a fin de evitar que desarrollen asma.
Aunque hasta el momento la causa de este vínculo es poco clara, un análisis minucioso indica que la obesidad aparecería primero y luego seguirían los síntomas del asma.
Entre las hipótesis de los especialistas, se cree que la inflamación propia del sobrepeso u obesidad podría actuar de estímulo en la aparición de los problemas respiratorios.
Otro dato a tener en cuenta: los niños que fueron amamantados demostraron tener menos riesgo de tener asma.
El asma es una enfermedad crónica que causa que las vías aéreas –los conductos que llevan aire desde y hacia los pulmones- se pongan sensibles e inflamados.
En los Estados Unidos, se estima que hay 7.1 millones de niños con asma. Esto equivale al 9,5% de los niños, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (Diciembre 2012).
Los niños tienen conductos más pequeños que los adultos. Esto hace que el asma sea especialmente serio para ellos. Los niños asmáticos pueden experimentar jadeo, tos, opresión en el pecho y dificultad para respirar, en especial a la mañana o noche.