Muchas personas están tentadas con la idea de hacerse una liposucción, pero temen que después de la intervención les quede la piel suelta, que termina resultando más antiestética que la grasa misma. Según un estudio reciente, la liposucción asistida por láser podría ser una buena alternativa, sin esos riesgos.
La liposucción tradicional es una cirugía cosmética para eliminar grasa, y en general se practica solo a las personas con piel firme, para evitar que luego quede arrugada. Pero según los investigadores, el uso de láser podría favorecer la firmeza de la piel.
En una investigación reciente, se estudió el grado de encogimiento de la piel en casi 2,200 mujeres y hombres con una edad promedio de 38 años, que se sometieron a una liposucción con láser en varias partes de su cuerpo, como el vientre, los muslos y los brazos. A los tres meses, los investigadores descubrieron que la piel de los pacientes había encogido entre un 20 y un 80 %, en relación al volumen de grasa extraído. Este porcentaje varió según la elasticidad de la piel y el área del cuerpo tratada.
Puntos clave
Tras la liposucción con láser es probable que la piel responda mucho mejor, comparado con el método tradicional, según afirmó el doctor Abbas Chamsuddin, autor principal del estudio y radiólogo en el Centro de Cirugía Láser e Intervencionista en Atlanta. Sin embargo, la investigación no contó con un grupo de voluntarios que se sometiera a una liposucción tradicional como para poder hacer la comparación.
La nueva forma de liposucción también cuenta con la posibilidad de eliminar más grasa que la tradicional, y resulta en una menor pérdida de sangre, porque el láser seca los vasos sanguíneos, afirmó Chamsuddin. De todos modos, ambos tipos de operación tienen similitudes: en las dos se inyecta una solución en la grasa para reducir la pérdida de sangre, y se hace una incisión de una décima parte de una pulgada (unos 2.5 mm), indicó Chamsuddin.
Aunque la liposucción tradicional conlleva la absorción de la grasa en estado sólido usando un dispositivo similar a un lápiz, la liposucción con láser funde la grasa con un láser antes de vaciarla. Una vez eliminada la grasa, los médicos usan un láser con una longitud de onda diferente que es absorbida por las células de la piel para crear una "quemadura artificial" que le dice al cuerpo que libere el colágeno de esa zona, lo que provoca que la piel se encoja, explicó Chamsuddin. Un tercer tipo de liposucción, más habitual que la de láser, utiliza ultrasonidos para conseguir un efecto parecido al derretimiento de la grasa.
Las zonas que más se tratan con estas cirugías con el vientre, los "michelines", los muslos y los brazos, y no están cubiertas por la mayoría de los planes de seguro.