Latinas y aborto: desinformación, mentiras y riesgos

La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos de anular el derecho constitucional de las mujeres a decidir tener un aborto, si lo necesitan, ha generado una enorme confusión, en especial entre los grupos más vulnerables.

Las diferencias en las normas dependiendo del estado en donde se vive, las mentiras que circulan en las redes sociales y la confusión general están generando no solo que se limite el acceso a abortos en entornos médicos seguros, sino que se dificulte acceder a servicios básicos de contracepción y salud reproductiva.

Latinas y aborto: desinformación, mentiras y riesgos
| Foto: GETTY IMAGES

Y las latinas están en el ojo de esta tormenta política y sanitaria. ¿Por qué? Por múltiples razones, entre ellas, ya son de por sí un grupo más vulnerable, con barreras desde económicas hasta de idioma. Grandes poblaciones de latinos viven en los estados que ya han empezado a generar leyes más restrictivas, como Texas y Florida, Y muchas de las hispanas no tienen papeles, lo que también restringe las posibilidades de recibir atención.

A esto se suman campañas cuyo objetivo es desinformar y generar temor sobre un procedimiento ya de por sí estigmatizado. Un análisis de Naral Pro-Choice America, Translating Abortion Desinformation, The Spanish-Language Anti-Choice Landscape, comprobó que:

  • Los artículos en español sobre la política de aborto en los Estados Unidos de alta circulación se inclinan de manera abrumadora contra la posibilidad de la mujer de elegir, y tienen afiliaciones religiosas.
  • Las personas influyentes y las páginas contra el derecho a decidir en Facebook promueven en gran medida los mismos mensajes y la desinformación sobre el aborto en español, como sus contrapartes en inglés. Una diferencia clave, sin embargo, es que las páginas en español y los influencers a menudo promueven mensajes explícitamente antifeministas.
  • El catolicismo juega un papel importante en los mensajes contra el derecho a decidir sobre el aborto de personas influyentes en español y medios de comunicación, impulsando una narrativa falsa que enfrenta la identidad religiosa con el apoyo al acceso al aborto.
  • Los anuncios políticos en español rara vez mencionan el aborto, y, si lo hacen, suelen hacer foco en el miedo sobre el aborto tarde en el embarazo. 

Estas narrativas usualmente contraponen al aborto con la vida, un discurso que provoca más temor.

Las mujeres latinas que no tienen un buen manejo del inglés son particularmente vulnerables ya que no tienen la posibilidad de acceder a formas de chequear la información que reciben, especialmente a través de las redes sociales.

Entre tantos de los mitos que han circulado por internet está la promoción del uso de hierbas para interrumpir un embarazo, un método medieval que en el pasado generó miles de infecciones y muertes.

Cada año se realizan en el mundo 73 millones de abortos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara al respecto:

  • El aborto es un procedimiento médico habitual. Es seguro cuando se utiliza un método recomendado por la OMS que resulta también adecuado teniendo en cuenta el tiempo de embarazo y lo practica una persona que posee los conocimientos necesarios.
  • Seis de cada diez embarazos no deseados se interrumpen voluntariamente.
  • Cerca del 45% de los abortos se realizan en condiciones peligrosas, y el 97% de esos abortos se practican en los países en desarrollo.
  • A pesar de que se puede prevenir, el aborto peligroso es una de las principales causas de morbimortalidad materna y puede provocar complicaciones físicas y psíquicas, y perjuicios sociales y económicos a las mujeres, las comunidades y los sistemas de salud.
  • La imposibilidad de acceder a una atención para el aborto segura, oportuna, asequible y respetuosa es un grave problema para la salud pública y una violación de los derechos humanos.

Contra lo que popularmente se cree, que los latinos son conservadores a la hora de discutir la salud reproductiva, una encuesta del Pew Hispanic Center reveló que, en 2021, el 58% de los hispanos creía que el aborto debería ser legal en todos o la mayoría de los casos.

En ese trabajo, Adrienne Mansanares, CEO de Planned Parenthood del área de las Montañas Rocallosas describía con la palabra "terror" el gran número de mujeres de Texas que buscaban realizarse un aborto en Colorado, Nuevo México o Nevada. Y esto era antes de la decisión de la Corte Suprema.

En Texas, alrededor del 42% de las mujeres en edad fértil son hispanas.

Los centros de salud que realizan abortos, y los médicos que lo practican, ahora podrían ser penalizados, en los estados con leyes restrictivas como Texas.

Incluso una complicación genética diagnosticada en el feto, que representa un alto porcentaje de las razones por las que una mujer decide abortar, ahora representarían un doloroso problema extra para las familias.

La mayoría de las pruebas genéticas pueden realizarse cuando el embarazo ya entró en la semana 15, y varios estados lo prohibirán a partir de la semana 13.

El acceso a los servicios de contracepción, y a la píldora que puede inducir un aborto, también serán limitados. Al respecto, el presidente Joe Biden dijo que actuaría para garantizar que las mujeres puedan cruzar las fronteras estatales para realizarse un aborto, y para garantizar el acceso gratuito a la píldora abortiva,

Según el Instituto Guttmacher, que monitorea las políticas de salud reproductiva, es probable que 26 estados prohíban o restrinjan de manera severa el aborto.

Qué es Roe vs Wade

En 1969, Norma McCorvey, tenía 21 años y estaba embarazada de su tercer hijo, producto de una relación ocasional. Su primera hija no vivía con ella y a su segundo hijo lo había entregado en adopción. 

Con una vida compleja —su padre abandonó a la familia y su madre era una violenta alcohólica— McCorvey, quien sufría de depresión, intentó practicarse un aborto en Dallas, Texas, pero las pocas clínicas que realizaban el procedimiento habían sido clausuradas por las autoridades.

Aún embarazada, fue referida a dos abogados que estaban buscando casos como el de ella —mujeres que intentaran un aborto— y, bajo el nombre ficticio de Jane Roe, la demanda contra Henry Wade, el entonces fiscal del condado de Dallas, pasó por todas las instancias judiciales hasta llegar a la histórica decisión de la Corte Suprema el 22 de enero de 1973.

McCorvey nunca asistió a una sesión en la corte y en el medio de la batalla legal dio a luz a su bebé, que también fue dado en adopción. Con los años, declaró que había sido usada por abogados ambiciosos, y se convirtió en la cara visible de grupos anti aborto. Murió en febrero de 2017 a causa de una falla cardíaca, a los 69 años.

El fallo Roe vs Wade convirtió en legal la práctica del aborto en todo el país, aunque los estados siempre mantuvieron el poder de decidir sobre en qué instancias practicarlo, y en qué momento de la gestación.

Hasta el fallo de 1973, el aborto estaba prohibido a nivel nacional, por lo que las mujeres que necesitaban el procedimiento terminaban, si tenían dinero, en la camilla de un médico que lo realizaba por fuera de la ley, o en manos de personas inescrupulosas sin habilidades médicas, que practicaban los abortos en entornos poco higiénicos.

La ruta legal desde 1973

La decisión de la Corte Suprema no detuvo a los estados que han estado históricamente en contra del aborto de imponer restricciones. De hecho, los tradicionalmente conservadores como Mississippi y Alabama siguieron desafiando a a la ley en los tribunales, demandas contra entidades como Planned Parenthood o la Women's Health Organization.

Decenas de causas han circulado por distintos circuitos judiciales del país desde aquella ley histórica. Mientras tanto, la suerte de las mujeres en necesidad de un aborto ha dependido del lugar en donde viven.

En mayo de 2022, la Corte Suprema acordó escuchar a las partes de una de estas demandas, Dobbs vs Jackson Women's Health Organization, para analizar la constitucionalidad de la ley de Mississippi que prohíbe el aborto luego de las 15 semanas de gestación. 

Finalmente, el 24 de junio, por 6 votos contra 3, la Corte Suprema decidió anular un derecho adquirido casi 50 años atrás: la libertad de la mujer de poder decidir sobre su propio cuerpo, buscar un aborto de ser necesario, y ser atendida en centros médicos de calidad.

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