El gobernador de Nueva Jersey Chris Christie dijo que los padres deben tener alguna opción sobre la conveniencia de vacunar a sus hijos. Él declaró que hacerlo es una "parte importante de asegurarnos de que protegemos su salud y la salud pública, pero también entiendo que los padres necesitan tener un cierto grado de elección” señaló.
Pero unas horas más tarde, su oficina emitió un comunicado agregando que en casos como el del brote actual de sarampión, no había dudas sobre la conveniencia de vacunar.
Muchos se preguntan si es atinado que un político se exprese por la no vacunación, en medio de un brote de sarampión como éste, que se originó en Disneylandia y ya lleva 102 personas enfermas en 14 estados, y donde la mayoría de los afectados no estaban vacunados, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Clinton no pudo resistir la tentación de tomar la iniciativa de oponerse a las declaraciones de Christie: "La ciencia es clara: La tierra es redonda, el cielo es azul, y #vaccineswork. Vamos a proteger a todos nuestros niños" anunció en su cuenta de Twitter.
Con estas declaraciones, queda claro que Clinton va a apoyar a la organización Vaccineswork.org, impulsada por Gavi, la Alianza de Vacunas, un movimiento global que se propone poner fin, mediante el impulso a las vacunas, a las enfermedades prevenibles.
Vacunar a los niños es una responsabilidad
El presidente Barack Obama declaró en una entrevista con NBC News que todos los padres deben vacunar a sus hijos. Y que al no hacerlo, ponen a otros niños en riesgo.
"Entiendo que hay familias que, en algunos casos, están preocupadas por el efecto de las vacunas", dijo Obama. "Pero la ciencia es bastante indiscutible" agregó.
Por su parte, el Director de los CDC se pronunció en forma contundente: "la elección de no vacunar a su hijo también podría poner en peligro la salud de otros niños de su comunidad", expresó.
Un estudio de 1998 publicado en Lancet (que posteriormente fue desacreditado) sobre el riesgo de autismo presente en la vacuna del sarampión, sumado a ciertas convicciones religiosas, hizo que miles de padres abandonaran la vacuna. Esto llevó a que el virus reapareciera en Europa y EE.UU., donde se había erradicado en el año 2000 gracias a las intensas y masivas campañas de vacunación.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) y los principales organismos federales de salud insisten en que la vacuna es segura y piden a los padres que no dejen de vacunar a sus hijos contra el sarampión, un virus altamente contagioso y peligroso, que puede traer graves complicaciones de salud como neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro) e incluso, la muerte.