Vivió cuatro décadas padeciendo dolores de estómago y se hizo varios tratamientos sin obtener buenos resultados. Pero lo que nunca imaginó esta mujer brasilera, es que un feto petrificado en su viente, era el culpable de sus males.
Al hallarlo, los médicos le recomendaron una cirugía para extirparlo, pero la mujer se negó y dijo que deseaba continuar así. Ella les contó que en realidad estuvo embarazada hace más de 40 años, pero sufrió de muchos dolores a las cinco semanas de gestación y visitó a un curandero en busca de ayuda.
Puntos clave
- Mujer retuvo 40 años un feto petrificado
- Ni ella ni los médicos lo notaron jamás
- Se llama litopedia o "bebé de piedra"
El manosanta le dio de tomar unos yuyos y ella dejó de padecer esas molestias. Como el bebé dejó de moverse, ella pensó que le habían realizado un aborto.
El asombro de los médicos fue muy grande al comprobar que en las radiografías se veía perfectamente la cabeza, y se distinguían los brazos y todo el cuerpo del feto, que estiman podría haber muerto a las 20-28 semanas de gestación.
Otro caso similar
En Bogotá, Colombia, una anciana de 82 años tuvo en su vientre un bebé durante cuatro décadas, también sin darse cuenta. Fue en Diciembre de 2013 y mediante una cirugía, lo retiraron. Ella dice que desde joven padecía de fuertes dolores abdominales.
Los médicos del Hospital de Colombia dijeron que la mujer fue víctima de un trastorno llamado litopedia o “bebé de piedra” una de las enfermedades más raras y menos reportadas: sólo se conocen hasta ahora 300 casos en la historia, en todo el mundo.
El trastorno se produce cuando el feto se desarrolla fuera del útero. Un embrión no puede desarrollarse en otro lugar que no sea el útero, por eso cuando sucede algo así, el cuerpo genera una defensa que logra calcificar al feto y encapsularlo, según informaron los médicos colombianos.
El primer caso de litopedia que se conoció fue el de Colombe Chatri, una mujer francesa de 68 años. Una autopsia después de su muerte, en 1582, reveló que había estado llevando a un “bebé de piedra” en su abdomen durante 28 años, y murió sin saberlo.