En Reino Unido, donde hay una gran escasez de esperma donado, los investigadores hallaron que lo que determina la fertilidad masculina es la calidad del esperma, no la edad del donante. Y otro descubrimiento clave que hicieron fue que no hay diferencias en la tasa de niños nacidos vivos si provienen de un esperma donado de un hombre de 20 años o de uno de 40.
Pero sí observaron una ligera diferencia en la posibilidad de concebir: los hombres maduros tienen ventaja a su favor, ya que su esperma es más eficaz en lograr un embarazo al ser implantado que el de los hombre más jóvenes.
La demanda de los espermatozoides ha sido impulsada por las mujeres solteras que no tienen pareja y desean ser madres, y por las mujeres que cada vez retrasan más la maternidad, de acuerdo con los investigadores. Y este estudio es importante porque muchas de ellas están preocupadas al recibir la donación de un hombre maduro y lo conjugan con las probabilidades de éxito en alcanzar el embarazo.
“Es más bien la calidad del esperma lo que importa, no la edad del donante” dijo el Dr. Meenakshi Choudhary, líder del estudio.
El esperma proveniente de donantes maduros ha generado dudas en la comunidad médica, debido a que se lo relacionó con un mayor riesgo de aborto involuntario, mayores tasas de pérdida del embarazo y defectos de nacimiento. “La paternidad a una edad avanzada tiene sus viejas glorias por estar asociada con trastornos de largo plazo en la descendencia, pero la evidencia disponible es limitada", aclaró Choudhary.
Además, aclaró que el estudio realizado por él y su grupo de científicos se refiere sólo a la tasa de fertilidad del esperma según las edades de los donantes y a la tasa de nacimientos con vida, pero no ahonda en la salud de los niños después de nacidos.
Según la Universidad de Stanford, existen alrededor de 150 bancos de esperma comerciales en el país; éstos a menudo se agrupan en torno a las universidades en las que viven muchos jóvenes inteligentes y viriles.
Las cualidades presentes en los estudiantes universitarios tienen una gran demanda entre las parejas infértiles que tratan de tener un bebé. Por lo tanto, aproximadamente el 50 a 90% de todos los donantes de esperma son los estudiantes universitarios. El restante 10% a 50% de los donantes, provienen de todos los ámbitos.
Pero no todos los que desean pueden donar esperma: sólo el 5% de todos los solicitantes varones cumplen con los criterios exigidos, ya que pasan por estrictos exámenes de salud y antecedentes sociales, laborales y familiares.
Con respecto a la regulación, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA por su sigla en inglés) proporciona una regulación sobre el protocolo de seguridad diseñado para prevenir la transmisión de enfermedades por medio de la donación de esperma.
La organización de acreditación reconocida a nivel nacional en EE.UU. es la Asociación Americana de Bancos de Tejidos (AATB por su sigla en inglés) pero es voluntaria e implica un proceso costoso para algunos de los bancos pequeños. Las regulaciones estatales varían ampliamente y sólo la legislación de Nueva York y California exigen que los departamentos de salud inspeccionan a los bancos de esperma antes de otorgarles una licencia para trabajar.
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