¿Qué tipo de ejercicio parecería ser el más adecuado para un paciente con Parkinson? ¿Elongación, equilibrio, estiramiento? Nada de eso. Según un nuevo estudio, el trabajo físico con pesas lograría mejores resultados para preservar las funciones vitales de estos pacientes.
“El hallazgo confirma nuestra idea de que el ejercicio cumple un rol importante en el tratamiento del Parkinson”, dice la doctora Nora Chandra, directora del Programa de Desórdenes del Movimiento del Hospital Universitario Winthrop en Mineola. N.Y.
Puntos clave
La investigación involucró a 48 enfermos de Parkinson asignados al azar a dos tipos de entrenamiento: una rutina incluía ejercicios de flexibilidad, equilibrio y fortalecimiento y la otra un programa de entrenamiento con pesas. Ambos grupos ejercitaron durante una hora, dos veces a la semana durante dos años.
Se evaluó la severidad de los síntomas motrices en todos los participantes a los 6, 12, 18 y 24 meses de ejercicio. Ninguno de los pacientes controlados estaba bajo efectos de medicación.
A los seis meses de comenzada la prueba, ambos grupos mostraron mejoras en los síntomas motrices. Sin embargo, los que realizaron entrenamiento con pesas, a los dos años conservaron una mejora del 7.3 en la Escala Unificada de Medición de la Enfermedad de Parkinson, mientras que los otros pacientes volvieron a los mismos valores que al comienzo del estudio.
Los hallazgos se presentarán en abril en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología, en Nueva Orleans.
“Sabíamos que distintos tipos de ejercicio ayudan a los pacientes con Parkinson, pero no que podían mejorar los síntomas motrices en el largo plazo”, dijo el autor del estudio Daniel Corcos, de la Universidad de Illinois en Chicago. “Estimamos que un entrenamiento con pesas puede ser tenido en cuenta por los pacientes y doctores como una buena forma de tratar la enfermedad”, agregó.
Otro experto, el doctor Andrew Feigin dijo que este estudio “complementa otros que sostienen que un entrenamiento intenso en forma regular tiene beneficios a largo plazo en los pacientes con Parkinson. De todos modos, los participantes sabían que formaban parte de este grupo de entrenamiento y podrían haber estado un poco sugestionados”, dijo el doctor Feigim, neurólogo especializado en la enfermedad de Parkinson en el Instituto de Investigaciones Médicas Feinstein, en Manhasset, N.Y.
La doctora Chan agregó que se están haciendo más estudios “para determinar si hay ejercicios más adecuados que otros para pacientes con distintos síntomas y cuáles son exactamente los mecanismos que producen las mejoras en los pacientes”.