La noticia hizo transpirar a más de un especialista en criminología. Según un estudio publicado en la revista Nature, quienes hacen ejercicio no sólo pueden modificar su cuerpo perdiendo libras sino también su código genético, el ADN.
El mismo efecto se habría observado en las células que han recibido altas dosis de cafeína.
Puntos clave
La investigación, que se publicó en la edición en línea de “Metabolismo celular”, fue realizada por la científica Juleen Zierath, del Instituto Karolinska de Estocolomo y su equipo. El objetivo era estudiar el estatus de desmetilación –que es un mecanismo que puede provocar alteraciones en la secuencia del ADN- de los genes en pequeñas biopsias extraídas de los músculos de adultos jóvenes y saludables, antes y después de una sesión de ejercicios en bicicleta.
Hallaron que algunos genes involucrados en el metabolismo de la energía, como el PGC-1α, PPAR-δ y PDK4, separaban el ADN facilitando la transcripción de ciertos genes. En cambio, los genes que no estaban relacionados con el metabolismo, se mantuvieron “metilados”.
Este efecto de desmetilación de estos genes dependería de la intesidad del ejercicio: las biopsias de los músculos de los individuos que habían ejercitado de forma más vigorosa, presentaron una mayor “desmetilación” genética.
Los investigadores descubrieron que el mismo proceso en las células musculares se produce con altas dosis de cafeína. “La cafeína libera calcio del sarcoplasma”, explicó Zierath. El sarcoplasma de una fibra muscular es similar al citolpasma de otros células.
Sin embargo, según la científica, para lograr el mismo efecto con el café que con el ejercicio, habría que tomar 50 tazas al día. “Casi una dosis letal. El ejercicio es mucho más sencillo según mi opinión”, concluyó la investigadora.