El alcance y la extensión de uso del e-cigarette está generando un amplio debate en un país donde el gobierno libra una dura lucha contra el tabaco. La FDA comunicó hace una semana su decisión de regular los cigarrillos electrónicos y dio comienzo a una etapa de revisión de las diferentes marcas del mercado. Se cree que en un corto plazo, el organismo aplicará a éstos las mismas restricciones que rigen para los cigarrillos convencionales.
"El tabaco sigue siendo la causa principal de muerte y enfermedades en este país. Este es un momento importante para proteger al consumidor y esta es una propuesta significativa que, de concretarse tal como está redactada, incluiría a muchos productos adicionales de tabaco bajo la supervisión de la FDA", advirtió Margaret Hamburg, comisionada de ese organismo.
Puntos clave
- La medida rige en los espacios públicos
- La FDA anunció también que comenzará a regularlos
- La industria del e-cigarette facturó $2 mil millones el año pasado
Existe un amplio consenso sobre la regulación de lo que se ha vuelto una peligrosa “moda” entre los adolescentes. Al conocerse las últimas estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), donde se reporta que el consumo de cigarrillo electrónico entre estudiantes de escuela secundaria trepó de 4.7% a 10% en sólo un año, entre 2011 y 2012, Tom Frieden, director de la institución, dijo que constituyen “una verdadera puerta de entrada hacia otras adicciones”.
Los fabricantes afirman que son menos dañinos que los cigarrillos y que son útiles para quienes intentan dejar de fumar, mientras crece su industria millonaria, que alcanzó los $ 2,000 millones de ventas en EE.UU. el año pasado.
Se cree que alrededor de cinco millones de consumidores fuman cigarrillos electrónicos hoy en día en el país, de acuerdo con un informe publicado por el Comité de Energía y Comercio.
Los e-cigarettes por dentro
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos con forma de cigarrillo (también hay con forma de puro y de pipa de agua) que no contienen tabaco, y se ofrecen con y sin nicotina.
Consisten en un pequeño depósito o cartucho que mediante un sistema electrónico con una batería recargable y un atomizador, vaporiza la mezcla.
Esa mezcla, en su mayoría contiene propilenglicol, una sustancia aprobada para consumo pero no para inhalar; además de glicerina y nicotina, pero también se han encontrado sustancias cancerígenas como nitrosaminas, formaldehido y hasta metales peligrosos, informó el Ministerio de Salud de España. Se utiliza inhalando el vapor producido, una acción conocida como “vapear”.