De acuerdo con los resultados de la investigación publicada en línea en la revista médica Neurology de la Academia Americana de Neurología, en la que participaron 106,600 personas con culebrilla y 213,200 sin ella, las personas menores de 40 años presentaban un 74% más de probabilidades de tener un accidente cerebrovascular (ACV) si habían tenido culebrilla, después de considerar otros factores de riesgo de ACV, como la obesidad, el tabaquismo y el colesterol alto.
Además, las personas menores de 40 años eran 2.4 veces más propensas a sufrir un ataque isquémico transitorio si poseían culebrilla y un 50% más propensas a padecer un ataque al corazón. Los números no eran tan grandes en las personas mayores de 40 años, siendo un 15% más propensas a un ataque isquémico transitorio y un 10% más propensas a un ataque al corazón si tenían culebrilla.
Puntos clave
- Menores de 40 años presentaron 74% más probabilidades de tener un accidente cerebrovascular.
- Además fueron 2.4 veces más propensos a sufrir un ataque isquémico transitorio si tuvieron culebrilla.
- Personas entre 18 y 40 años que tuvieron culebrilla fueron 50% más propensas a un ataque al corazón.
Para llegar a dichas conclusiones los autores del estudio encabezados por la Dr. Judith Breuer, revisaron los registros de los participantes durante un promedio de seis años tras el diagnóstico de herpes zóster y de hasta 24 años en el caso de algunos y fueron comparados con los de quienes no tuvieron culebrilla.
Para Judith Breuer en las personas de edad avanzada hay una mejor detección y tratamiento de los factores de riesgo de accidente cerebrovascular, como la diabetes, el colesterol alto y la presión arterial alta, lo que podría explicar por qué están en menor riesgo que los sujetos más jóvenes de sufrir un ataque al corazón, advertencia de accidente cerebrovascular y eventos relacionados con el corazón después de la culebrilla.
"En cualquier persona con herpes zóster y, especialmente, en los más jóvenes, se deben examinar los factores de riesgo de accidente cerebrovascular. Se ha demostrado que la vacuna contra la culebrilla reduce el número de casos de herpes zóster en aproximadamente un 50%. Se necesitan más estudios para determinar si la vacunación también puede reducir la incidencia de accidente cerebrovascular y ataque cardiaco", destacó la especialista.
¿Qué causa la culebrilla?
La Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. refiere que la culebrilla es una enfermedad causada por el virus varicela zoster, el mismo virus que causa la varicela. Este virus permanece en el cuerpo aún después de haberse curado de varicela. Quizá no cause problemas durante muchos años, pero a medida que envejece, el virus puede reaparecer como culebrilla. A diferencia de la varicela, la culebrilla no se contagia de persona a persona.
Los primeros síntomas de culebrilla son ardor o dolor agudo y hormigueo o picazón, generalmente de un lado del cuerpo o la cara. El dolor puede ser de leve a fuerte. Luego, se forman ampollas que duran de uno a 14 días. Si la culebrilla aparece en la cara, puede afectar la vista o el oído. El dolor puede durar semanas, meses o incluso años después de la curación de las ampollas.
El dolor causado por la culebrilla se ha descrito como insoportable, persistente, quemante, punzante y como de descarga eléctrica. Se ha comparado con el dolor del parto o el de los cálculos renales. El dolor de la culebrilla puede causar depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse, pérdida del apetito y de peso.
Cualquier persona que haya tenido varicela puede presentar culebrilla, pero los adultos de edad avanzada son más propensos. Alrededor de la mitad de los casos se presentan en hombres y mujeres de 60 años o más.
¿Cómo se puede reducir el riesgo de contraer culebrilla?
No existe una cura para la culebrilla. El tratamiento temprano con medicinas que combaten el virus puede ayudar. Estas medicinas también pueden ayudar a prevenir el dolor persistente. La vacunación es la única manera de reducir el riesgo de contraer culebrilla y prevenir los dolores duraderos que pueden sobrevenir después de la enfermedad. En la actualidad se encuentra aprobada una vacuna contra el herpes zóster para personas de 60 años o más, sin embargo, algunas personas de este grupo etario deberían esperar para vacunarse, o no vacunarse, si tienen un sistema inmunitario debilitado.
La vacuna contra la culebrilla está autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para su uso en personas de 50 años y más. Sin embargo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) no recomiendan la aplicación rutinaria de esta vacuna a las personas de 50 a 59 años.
Según los CDC, 1 de cada 3 personas contraerá esta afección en algún momento de sus vidas.