Según un estudio realizado en más de 150,000 personas, el bypass gástrico mínimamente invasivo es más seguro que el que se realiza a cielo abierto, ya que los pacientes presentan menos complicaciones durante la operación. Además pudieron dejar antes el hospital y los costos de la intervención fueron menores.
En el bypass tradicional, los cirujanos realizan un gran corte para acceder a la zona del estómago, y crean una bolsa en la parte superior de éste. Luego la conectan al intestino delgado para que absorba menos calorías durante el proceso digestivo. Según explican investigadores de la Universidad de Stanford, en California, la cirugía laparoscópica utiliza una pequeña cámara que se inserta a través de varios cortes pequeños en la zona del estómago.
Puntos clave
John Morton, líder de la investigación, sugiere que es más conveniente optar por esta cirugía mediante laparoscopía, de hecho el 90 por ciento de los bypass gástricos hoy se hacen con este procedimiento. Norton y sus colegas analizaron datos surgidos de las operaciones para pérdida de peso realizadas en 1,000 hospitales de los Estados Unidos entre 2005 y 2007, y arrojaron que se han realizado 431,000 cirugías de bypass gástrico a cielo abierto y 115,000 cirugías laparoscópicas.
Tras analizar los registros, los investigadores notaron que el 19 por ciento de los pacientes de operaciones a cielo abierto tuvieron al menos una complicación como desarrollar neumonía o necesitar una transfusión de sangre. Pero sólo un 12 por ciento de los que tuvieron una cirugía menos invasiva tuvieron complicaciones. Según los informes de los Archivos de Cirugía, uno de cada 500 pacientes obesos intervenidos a cielo abierto murieron durante o poco después del procedimiento, comparado con uno en 1,000 del grupo de laparoscopía.
Los pacientes operados a cielo abierto permanecieron internados en el hospital un promedio de 3,5 días, contra 2,4 de los del otro grupo. Según datos de la Sociedad Americana de Cirugía Metabólica y Bariática, en 2009 unas 220,000 personas en EU fueron intervenidas para realizar una cirugía de pérdida de peso, incluyendo el bypass gástrico.
Desde la perspectiva del cirujano, la posibilidad de poder mirar lo que ocurre durante la cirugía es mucho más conveniente, según opina Anita Courcoulas, profesora y cirujana bariática de la Universidad del Centro Médico Pittsburgh, quien no estuvo involucrada en el estudio. En los pacientes hay mucho menos dolor, por eso pueden caminar, moverse y retornar mucho antes a sus actividades habituales.