Padge Victoria Windslowe, de 41 años, fue arrestada en Filadelfia por inyectar silicona en los glúteos de una joven de 23 años en una curiosa “fiesta para inflar”. El nombre de la paciente no fue dado a conocer pero debió ser hospitalizada durante una semana para revertir los efectos de la aplicación.
La detención se llevó a cabo tras relacionar a Windslowe con la muerte de Claudia Aderotimi, una joven inglesa de 20 años que falleció en febrero de 2011 a causa de una aplicación con el mismo producto.
Puntos clave
Claudia Aderotimi era una estudiante británica de la Universidad de Thames Valley que quería ser una bailarina sexy de hip hop. Como consideraba que sus glúteos no eran suficientemente abultados se sometió a aplicaciones de silicona y adhesivos.
La joven llegó de Inglaterra y pagó $ 2,000 dólares por el tratamiento de “belleza” que se realizó en un hotel cercano al aeropuerto de Filadelfia. La imprudencia le costó la vida, luego de ser hospitalizada con dolores en el pecho, problemas respiratorios y deficiencia hepática.
Windslowe deberá permanecer bajo arresto domiciliario con un rastreador electrónico para monitorear sus movimientos, y tiene varios cargos: asalto agravado, asalto simple, daños por imprudencia y prácticas engañosas. Serían al menos 14 las mujeres víctimas de la peligrosa jeringa de esta transexual. La mujer tiene varios alias, promociona su actividad en videos por Internet, y se le han incautado varias tarjetas de crédito y documentación con distintos nombres, algunos celulares, jeringas y silicona líquida.
Cada vez más las jóvenes se ven atraídas por la idea de tener glúteos prominentes y atractivos como los de Jennifer Lopez o Beyoncé. Algunas se someten a cirugías plásticas para agrandar su “parte de atrás” y hay hasta un mercado negro para aquellas que buscan mejorar su figura y utilizan sustancias no aprobadas para uso cosmético.
Un renombrado cirujano plástico británico, el doctor Rajiv Grover, describió estas prácticas como “jugar a la ruleta rusa” porque ponen en riesgo la vida. Los procedimientos autorizados son aquellos que utilizan siliconas selladas en forma de implante, en tanto que las inyecciones "letales" se hacen con materiales sin licencia y pueden provocar fallas respiratorias, entre otras complicaciones.