El Senado de Alabama acaba de aprobar por 25 a 6 votos una legislación sobre el aborto que lo prohíbe casi en su totalidad, y que no prevé excepciones por violación o incesto.
El proyecto de ley ya está en el escritorio de la gobernadora republicana Kay Ivey. Si lo firma, algo que se da por sentado, se convertirá en ley. Hasta el martes 14 de mayo, Ivey no había prestado atención a los comentarios públicos sobre la legislación.
El proyecto de ley 314, llamado Ley de Protección de la Vida Humana, prohíbe todos los abortos en el estado, excepto cuando "es necesario para prevenir un riesgo grave de salud para la mujer", según el texto oficial. Penaliza el procedimiento, reclasificando el aborto como un delito mayor de Clase A (felonía), por el cual se puede recibir una condena de hasta 99 años de prisión. No para la mujer sino para el médico que lo practica.
Alabama es el último estado, en una oleada de leyes estatales que restringen duramente esta práctica.
El martes 7 de mayo, el gobernador de Georgia, Brian Kemp, convirtió en ley un proyecto que, comenzando en 2020, prohibiría los abortos después de detectar un latido fetal, que puede ser tan pronto como a las seis semanas de embarazo, cuando muchas mujeres aún ni siquiera saben que están embarazadas.
Doctores que se oponen a la ley de Georgia, explican que lo que el proyecto de ley considera “un latido” es simplemente una vibración de tejidos en desarrollo. Esa vibración es un término médico llamado "actividad cardíaca embrionaria", que no es el latido del corazón.
El texto de la legislación dice que "no se autoriza ni se realizará ningún aborto si se ha determinado que el feto tiene un latido cardíaco humano". E incluye algunas excepciones, por ejemplo, si el embarazo pone en riesgo la vida o representa un daño físico sustancial e irreversible para la mujer.
Alabama es el quinto estado en promulgar una legislación de este tipo en 2019. Se están escribiendo proyectos de ley similares, basados en esos supuestos latidos cardíacos, en otros 10 estados: Missouri, Tennessee, Florida, Illinois, Louisiana, Maryland, Minnesota, Nueva York, Carolina del Sur y West Virginia, según el Instituto Guttmacher. Un juez federal ya ha bloqueado la ley de Kentucky. Otros tribunales anularon leyes similares recientemente promulgadas en Iowa y Dakota del Norte.
Cifras y desafíos
Para las mujeres latinas, el acceso a servicios de aborto se suma a una lista de barreras que incluyen conseguir atención médica, servicios en el mismo idioma, y falta de información. A esto hay que agregar el estigma que existe cuando el embarazo es no deseado, o producto de la violencia; y las profundas raíces religiosas de muchos miembros de la comunidad.
En los Estados Unidos, se practican unos 600,000 abortos cada año, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el 91.1% de los casos se realizan durante, o antes, de la semana 13 de gestación.
Según el Instituto Guttmacher, en 2014, el 45% de los embarazos fueron no deseados. Y uno de cada 10 de ellos terminó en aborto.
Muchas cosas han cambiado desde que la Corte Suprema falló en el caso Roe vs Wade, que legalizó el derecho al aborto en todo el país.
Y una vez más, esta decisión histórica está siendo desafiada. ¿Cómo se verían los Estados Unidos sin Roe vs. Wade? Revertir el caso histórico no convertiría automáticamente el aborto en ilegal en todo el país. Pero devolvería la decisión sobre su legalidad a los estados, en donde ya existen un mosaico de leyes que hacen que este procedimiento esté más o menos disponible, dependiendo en gran medida de las inclinaciones políticas del liderazgo de cada estado.
"Creemos que hay 22 estados que probablemente prohibirán el aborto sin Roe", debido a una combinación de factores que incluyen las leyes actuales, las regulaciones y las posiciones del gobernador y la legislatura estatal, explicó Amy Myrick, abogada del Center for Reproductive Rights que representa a los defensores del derecho al aborto en los tribunales.
"Ahora el nivel de amenaza es muy alto", dijo Myrick.
Con las leyes aprobadas recientemente, la lucha por el derecho al aborto está viviendo una de sus más cruciales batallas.
Y organizaciones como Planned Parenthood y ACLU ya están escribiendo sus demandas, las que presentarán pronto en corte.