A joven le quitaron una larva del ojo

Un joven de 16 años proveniente de la ciudad de Pozuzo, en la selva central de Perú, fue al hospital con un ojo muy inflamado y mucho dolor. Antes había consultado a un médico local, quien le recetó unas gotas oculares que no lograron aliviarlo.

Con el ojo visiblemente hinchado y una molestia insoportable, fue al Instituto de Salud del Niño en Lima y tras examinarlo, determinaron que el cuadro era provocado por una larva gigante que estaba instalada en el ojo izquierdo del paciente. 

A joven le quitaron una larva del ojo
| Foto: SHUTTERSTOCK

Según explicaron los médicos, es probable que un mosquito depositara este parásito después de picar al joven en el párpado. 

Ante el hallazgo, los profesionales decidieron que para no recurrir a una cirugía mayor, probarían con atraer a la larva con albahaca. Colocaron varias plantas en el cuello y párpado del paciente y esperaron. Al cabo de unos minutos, el gusano asomó por el ojo y rápidamente una oftalmóloga lo atrapó y quitó con una simple pinza: medía 3 cm y estuvo alojado allí por 30 días.

"Estamos asombrados porque es algo insólito el haber podido retirar la larva sin realizar ninguna cirugía" dijo a AFP la doctora Carolina Marchena, quien realizó la original extracción.

La doctora Marchena explicó que colocaron hojas de albahaca en el contorno del globo ocular del joven para 'provocar' el apetito de la larva. Apenas el insecto se asomó, lo tomaron y lo extrajeron rápidamente.

La larva es de la especie Dermatobia hominis y según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el parásito vive en las moscas, quienes atrapan a vectores (como los mosquitos) y ponen huevos en sus cuerpos, usando una sustancia parecida a la goma para adherirlos. 

Las larvas se desarrollan dentro de los huevos, pero permanecen en el mosquito hasta que éste chupa sangre de un huésped mamífero, aviar o humano, y se "mudan". Ahí se alimentan de la sangre y viven, alojándose en una cavidad debajo de la piel, luego cuando están más desarrolladas (entre 5 y 10 semanas) pueden migrar hacia otros tejidos del cuerpo.

Otro caso similar y extraño

En noviembre de 2014, un hombre de 50 años, del Reino Unido, padecía de frecuentes jaquecas, acompañadas de pérdida de memoria y de la percepción de olores extraños, que se habían vuelto insoportables. Al acudir al médico para descubrir la causa y buscar una solución, no esperaba el insólito diagnóstico: había un gusano en su cerebro.

Las imágenes de su cráneo obtenidas por resonancia magnética revelaron una figura en forma de anillo en su cerebro, y lo llamativo es que el parásito se movía a través del tejido cerebral de un hemisferio a otro. Los médicos del St. Thomas' Hospital en Londres, realizaron una cirugía y lo quitaron.

El parásito fue enviado a exminar y los genetistas del Instituto Wellcome Trust Sanger, en Cambridge, encontraron que se trataba de una rara especie de lombriz solitaria conocida como Spirometra erinaceieuropaei, un parásito capaz de absorber los nutrientes directamente a través de la piel, sobre todo las grasas, y el tejido cerebral es muy rico en ácidos grasos esenciales.

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