En un panorama devastador donde se lucha sin armas contra el virus más mortal, las autoridades de Liberia han decidido cerrar la mayoría de los pasos fronterizos y han declarado la cuarentena de las comunidades afectadas por el Ébola.
Los centros de detección continúan trabajando en puntos clave, por ejemplo en el aeropuerto, aunque la aerolínea más grande de Nigeria, Arik Air, ha suspendido todos los vuelos a Liberia y Sierra Leona después de registrar la primera muerte en ese país a causa del virus.
El Ébola ha matado al menos a 660 personas en África Occidental desde febrero, según la OMS, pero las cifras siguen creciendo día a día.
En un comunicado urgente, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, anunció medidas especiales para detener el Ébola, dijo que "las comunidades que se ven seriamente afectadas serán puestas en cuarentena y serán cerrados los viajes dentro y fuera de esas ubicaciones".
Además, los nuevos pedidos presidenciales incluyen la observación estricta en el aeropuerto internacional de todos los pasajeros salientes y entrantes, que ahora son los responsables de la inspección y las pruebas para detectar el virus. Y se ha puesto en marcha un operativo de colocación de lugares aptos y a la vista para el lavado de manos en todas las instalaciones del gobierno y lugares públicos, a la vez que se está difundiendo una película con ideas esenciales sobre la propagación y prevención del Ébola.
Hasta el momento, dos ciudadanos estadounidenses han contraído el Ébola en la zona afectada: un médico, Kent Brantly, de Fort Worth, Texas, y una trabajadora de ayuda humanitaria que colabora en desinfección, Nancy Writebol, de Carolina del Norte; ambos fueron trasladados a un centro de atención en Monrovia, Liberia.
Las autoridades han pedido que los líderes religiosos hablen a sus comunidades sobre la importancia de la labor médica y que difundan la orden de reportar los enfermos, informando que serán penados quienes los oculten.
En muchas zonas castigadas por Ébola los nativos atacan a las ambulancias y equipos médicos impidiéndoles realizar su tarea, lo cual complica aún más el devastador panorama. Además, por motivos religiosos velan a sus muertos con los cajones abiertos, y esto aumenta los contagios de una forma descontrolada.
El virus más mortal
Es una enfermedad grave, a menudo fatal, con una tasa de mortalidad de hasta el 90%, lo que la convierte en una de las enfermedades más virulentas del mundo, según la OMS.
El Ébola o fiebre hemorrágica se caracteriza por fiebre repentina, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, síntomas a los que siguen diarreas, erupciones cutáneas y alteraciones de las funciones renales y hepáticas. En algunos casos se presenta sangrado interno y externo, informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
En la actualidad, el tratamiento que se utiliza es sólo paliativo, ya que no existe una medicina capaz de curar la enfermedad. Más que nada, se hace hincapié en el aislamiento de los pacientes y su recuperación, la mayoría suelen estar deshidratados y necesitan rehidratación por vía intravenosa u oral.
La infección se transmite por contacto directo con la sangre, fluidos corporales y tejidos de animales o personas infectadas.