The Biggest Loser: ¿quienes no recuperaron las libras perdidas?

Más de 2 de cada 3 adultos en EE.UU. tienen sobrepeso u obesidad. El exceso de peso aumenta el riesgo de desarrollar problemas de salud graves, que incluyen enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes tipo 2, cálculos biliares, problemas respiratorios y ciertos tipos de cáncer.

En ese sentido, un cuidadoso análisis metabólico de los concursantes en la competencia "The Biggest Loser" encontró que el aumento de la actividad física es clave para mantener el peso.

The Biggest Loser: ¿quienes no recuperaron las libras perdidas?
Rob Edmond, participante del certamen de TV, en una de las pruebas. | Foto: THE GROSBY GROUP

Los resultados respaldan los hallazgos previos de que un alto nivel de actividad física es crucial para el mantenimiento a largo plazo del peso perdido. Seis años después de participar en un programa de pérdida de peso, aquellos que mantuvieron un alto nivel de actividad física no recuperaron una cantidad sustancial de peso, según informan los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Cómo evitar el efecto rebote

Un plan de alimentación saludable y la actividad física regular ayudan a perder peso. Sin embargo, mantener el peso perdido es difícil para muchas personas. 

El peso corporal refleja un complicado equilibrio entre la cantidad de energía consumida (calorías) y la cantidad de energía utilizada por el cuerpo, y los investigadores han estado trabajando para comprender qué aspectos de la dieta y la actividad física son más importantes para controlar el peso.

Un equipo dirigido por el Dr. Kevin D. Hall del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de los NIH estudió a los participantes en una temporada de "The Biggest Loser" una competencia televisiva de pérdida de peso, para saber quiénes se mantenían delgados. 

De los 16 competidores inscriptos, 14 participaron en un estudio de seguimiento durante 6 años posteriores al certamen. Después de perder un promedio de aproximadamente 132 libras durante una dieta intensiva de 30 semanas y un período de ejercicio, muchos de los participantes recuperaron una cantidad sustancial de peso después de que el programa terminara. Pero hubo una gran variación entre ellos.

Ejercicio, clave para mantener el peso perdido

Los investigadores exploraron cómo la actividad física y el consumo de calorías se relacionaban con el mantenimiento del peso. 

Para calcular el nivel de actividad física de cada participante, los científicos restaron la tasa metabólica en reposo del gasto total de energía. Ellos determinaron el consumo de calorías mediante el uso del peso observado y los cambios de grasa corporal junto con las mediciones de gasto de energía total.

Seis años después de la competencia, 7 participantes habían mantenido una pérdida de peso promedio de aproximadamente el 25% de su peso inicial. Los otros 7 regresaron casi a su peso inicial. 

El consumo de calorías de ambos grupos se redujo de manera similar desde antes de que comenzara la competencia. La principal diferencia estaba en los niveles de actividad física. 

Los que mantuvieron la pérdida de peso, aumentaron su actividad física en un promedio de 160%, mientras que aquéllos que recuperaron su peso, sólo tuvieron un aumento del 34% en la actividad física.

Los científicos calcularon que era necesario un aumento de aproximadamente 80 minutos por día de actividad física moderada o 35 minutos por día de actividad vigorosa para mantener el peso perdido. Estas cantidades son mucho mayores que las recomendaciones actuales para la actividad física diaria.

"Aunque este fue un estudio pequeño, es el primero en usar medidas precisas y objetivas de la ingesta de calorías y la actividad física en general antes, durante la pérdida de peso y muchos años después", dijo el Dr. Hall. "Nuestros hallazgos son consistentes con otros estudios en los que los participantes que mantuvieron su peso informaron significativamente más actividad física que aquéllos que recuperaron su peso” expresó el Dr. Harrison Wein, participante del estudio mencionado.

Los resultados aparecieron en la edición de noviembre de 2017 de Obesity.

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