A quien madruga, Dios lo ayuda, dice el refrán. Parafraseando este dicho, también podríamos decir que quien se anticipa, no aumenta de peso. En especial, si se trata de cuando salimos de viaje.
Para la mayoría, esto es prácticamente una misión imposible. De hecho, una gran cantidad de personas se encuentran en medio del viaje con la incomodidad de sentir su ropa de siempre más ajustada e incómoda, ¡porque aumentaron de peso!
Por eso, para disfrutar de nuestro merecido descanso sin altibajos (y para que el recuerdo de nuestras vacaciones no sean unos rollitos de más), es necesario prepararse de antemano y utilizar nuestro ingenio.
Algunas ideas para poner en práctica cuando estás lejos de casa:
- Si emprendes un largo viaje, es muy probable que en algún momento te ataque el hambre. Si vas en auto, nunca se sabe dónde y cuándo podrás detenerte a comer. Así que lleva en un bolso de manos, un pequeño recipiente con snacks saludables.
- Si vas a viajar en avión, llévate en la cartera o el bolso alguna barra energética con bajas calorías o galletitas integrales. También, lleva siempre goma de mascar dietética, te ayudará a calmar el apetito y la ansiedad.
- Empieza el día con energía. Especialmente si te hospedas en un hotel, donde por lo general hay buffet para que cada uno se sirva en forma libre, escoge alimentos nutritivos y evita los hidratos y las grasas. Algunas ideas: ensalada de fruta, rebanadas de pan integral con queso blanco y yogur descremado.
- No pases de largo la merienda. Es muy habitual, cuando se está de vacaciones, seguir paseando hasta que llegue la noche. Pero esto tiene una consecuencia negativa: se llega hambriento a la cena. Para evitarlo, a la tarde, tómate un descanso y come algún bocado nutritivo. Puedes optar por frutas, yogur o un sándwich de vegetales.
- Hazte amigo de las ensaladas. Cuando nos vemos obligados a comer afuera todas las noches y el presupuesto no es abundante, es probable que terminemos en una plaza de comidas de un centro comercial o en un restaurante de comidas rápidas. No hace falta pagar fortunas e ir a otro lugar para comer un plato saludable. En la mayoría de las cadenas, ofrecen ricas ensaladas. Elige la tuya, pero no le agregues salsa.
Guía para comer en un restaurante de comidas rápidas
- Aprovecha la nevera de la habitación. Antes de volver del paseo, pasa por un supermercado o tienda y compra: yogures, fruta, pan integral, queso descremado y bebidas dietéticas pequeñas. Además de ahorrar dinero, podrás prepararte tus propios snacks y llevar tu propia bebida el día siguiente. ¡Recuerda llevar bolsitas contenedoras para guardar los sándwiches o los snacks!
Algunas propuestas para preparar un sándwich con pocas calorías.
No es que no puedas darte algún “gustito” cuando estás en un lugar nuevo. El tema pasa porque los “permisos” sean simplemente excepciones y no tu forma de alimentarte durante este tiempo.