No es un milagro, es un importante avance logrado por médicos estadounidenses que tenían la idea de que la estimulación puede jugar un rol de vital importancia en personas con parálisis. Y desarrollaron un método capaz de “despertar” zonas que parecían dormidas mientras estaban inmóviles.
En una investigación financiada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) fueron capaces de lograr que con un dispositivo implantado en la médula espinal, 5 hombres (un caso en foto, arriba) recuperaran el movimiento de las piernas después de que las lesiones en la médula dejaran sus músculos voluntarios completamente paralizados desde el pecho hacia abajo.
El hallazgo sugiere que la estimulación puede ayudar a reactivar las conexiones nerviosas entre el cerebro y la médula espinal en algunos pacientes paralizados.
La médula espinal es el cable central de nervio que conecta el cerebro con el resto del cuerpo. Cuando está dañada, puede provocar discapacidades graves, como parálisis, una condición que afecta a alrededor de 250,000 estadounidenses, según informan los NIH.
La clave está en la estimulación
En este importante estudio, los científicos dirigidos por los Dres. Reggie Edgerton y Yury Gerasimenko, de la Universidad de California en Los Ángeles, probaron una estrategia no quirúrgica para la estimulación de la médula espinal.
El sistema se denomina “estimulación transcutánea” y consiste en proporcionar una corriente eléctrica a la médula espinal a través de electrodos colocados estratégicamente en la piel sobre la columna vertebral. Los resultados se presentaron en revista Journal of Neurotrauma.
¿Cómo fue el proceso que sacó a los pacientes de la inmovilidad? Los 5 hombres que estaban inicialmente paralizados durante más de 2 años, recibieron 18 sesiones semanales de estimulación en la médula durante 45 minutos. Las sesiones también incluyeron acondicionamiento muscular, en la que los terapeutas les movían manualmente las piernas. Durante las últimas 4 semanas, los pacientes recibieron 2 dosis diarias de buspirona, una droga que demostró inducir la movilidad en ratones con lesiones en la médula espinal.
Los pacientes fueron instruidos en diferentes puntos durante la estimulación de la médula, para que traten de mover sus piernas o permanecer pasivos cuando se lo indicaban. Durante estas sesiones, sus piernas fueron sostenidas para que trabajen sin la resistencia que genera la gravedad.
Inicialmente, las piernas de los hombres se movían sólo cuando la estimulación de la médula era lo suficientemente fuerte como para generar movimientos escalonados involuntarios. Pero después de 4 semanas, los hombres fueron capaces de duplicar su rango de movimiento en las piernas. Para el final del estudio, ellos fueron capaces de moverse sin estimulación en absoluto, y su nivel de movilidad fue igual al obtenido durante la estimulación de la médula.
Los investigadores registraron las señales eléctricas de los músculos de la pantorrilla de los hombres mientras intentaban flexionar sus pies durante la estimulación. Y así observaron que con el tiempo, las señales aumentaron e igualaron a las generadas con la estimulación, lo que sugiere que se produjo un re-establecimiento de la comunicación entre el cerebro y la médula espinal. Los resultados se presentaron en revista Journal of Neurotrauma.
"Es como si hubiéramos vuelto a despertar algunas redes y una vez que las personas aprendieron a usarlas, se volvieron menos dependientes e incluso independientes de la estimulación", declaró el Dr. Edgerton.
Aunque los movimientos realizados en este estudio no son comparables a caminar, los resultados representan el progreso hacia una terapia potencial para la lesión de la médula espinal que deja a muchas personas inmóviles.
El equipo ahora está evaluando si estos 5 hombres pueden ser entrenados para soportar plenamente su peso, mientras continúan profundizando el alcance de la terapia.
¿Qué es una lesión de médula espinal?
Una lesión de la médula espinal por lo general comienza con un golpe repentino y traumático en la columna vertebral que fractura o disloca las vértebras. El daño comienza cuando los fragmentos óseos o material del disco se desplazan, o se producen moretones o desgarro en el tejido de la médula espinal.
Algunas lesiones en la médula espinal permitirán la recuperación casi completa, mientras que otras personas tendrán como resultado una parálisis.
Frente a estos casos, los programas de rehabilitación combinan terapias físicas con actividades y asesoramiento de apoyo social y emocional. La estimulación eléctrica de los nervios a través de prótesis neuronales puede restaurar las funciones específicas, incluyendo de la vejiga, la respiración, la tos, o los movimientos de las piernas o los brazos, aunque no todos pueden recibir estos dispositivos, sino que depende del nivel y tipo de la lesión en la médula espinal.