Los hallazgos presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Nutrición y Biología Experimental 2014, indican que el consumo de jugo concentrado de cereza de la variedad Montmorency, dos veces al día durante dos semanas, ayudó a adultos mayores con insomnio a dormir y aumento en casi 90 minutos el tiempo de sueño.
"Las pastillas para dormir pueden ser una opción para los insomnes más jóvenes, pero para las personas mayores estos medicamentos cuadruplicar el riesgo de caer, lo que puede conducir a fracturas de cadera y, a menudo, la muerte temprana”, lo que hace que sea cada vez más importante encontrar ayudas naturales y sin efectos secundarios aparentes, comentó el Dr. Frank L. Greenway director de la clínica ambulatoria de investigación en el Centro de investigación Biomédica Pennington de la Universidad Estatal de Louisiana y co autor del estudio.
En el estudio participaron adultos de mayor edad (promedio 68 años) con insomnio que consumieron 8 onzas (236 mililitros) de jugo de cereza ácida dos veces al día durante dos semanas, seguido de un período de descanso de dos semanas y luego otro período de dos semanas en el que se les dio una bebida placebo.
Los investigadores usaron una polisomnografía nocturna (una prueba de múltiples parámetros usada en el estudio del sueño) para evaluar el tiempo de aparición del sueño y su duración. Además, los participantes completaron un cuestionario relacionados con el sueño, la fatiga, la depresión y la ansiedad, y se les realizó un análisis de sangre.
El poder de las cerezas
Los resultados mostraron que cuando los participantes bebieron el jugo de cereza Montmorency en la mañana y en la noche pudieron dormir en promedio una hora más de lo habitual cada noche (un promedio de 84 minutos) en comparación con el placebo, y su sueño fue más eficiente.
Estudios previos encontraron que el jugo concentrado de cereza de la variedad Montmorency incrementa significativamente los niveles de melatonina en el cuerpo, una sustancia que produce el cerebro y ayuda a regular los ciclos de sueño-vigilia. La nueva investigación sugiere que los pigmentos de color rojo rubí en el jugo de cereza ácida, conocidos como proantocianidinas (compuestos polifenólicos), también juegan un papel clave para combatir el insomnio.
En la investigación, el jugo de cereza ayudó a incrementar la disponibilidad de triptófano, un aminoácido esencial y precursor de la serotonina que ayuda con el sueño. "A pesar de que la cantidad de triptófano en el jugo de cereza ácida es inferior al de una dosis normal administrada para ayudar a dormir, los compuestos en las cerezas ácidas pueden evitar que el triptófano se descomponga por lo que es capaz de trabajar en el cuerpo de manera más efectiva", explicó Greenway.
"Estos compuestos pueden ayudar a mejorar la biodisponibilidad del triptófano para la síntesis de la serotonina, lo cual podría tener un efecto positivo en el sueño. Al aumentar la serotonina también ayuda a mejorar el estado de ánimo y disminuir la inflamación", añadió el especialista.
Los autores consideran que beber un vaso de jugo de cereza ácida en la mañana y por la noche puede ser una manera segura para tratar el insomnio.
Más sobre el insomnio
Según la Fundación Nacional del Sueño, casi 40 millones de estadounidenses sufren de trastornos crónicos del sueño, y un 20-30% adicional se ven afectados por problemas intermitentes relacionados con el sueño. El insomnio es un problema de salud común entre los adultos mayores, que afecta a cerca del 23 a 34% de la población de mayores de 65 años.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos refiere que el insomnio es una incapacidad para conciliar el sueño y/o interrupciones del sueño frecuentes con una incapacidad para volver a dormir. Está asociado con síntomas diurnos como irritabilidad y fatiga.
Los síntomas del insomnio incluyen:
- Permanecer despierto durante mucho tiempo antes de conciliar el sueño
- Dormir sólo por períodos cortos
- Estar despierto durante gran parte de la noche
- Sentir como si no hubiese dormido nada
- Despertarse muy temprano
Su médico le diagnosticará insomnio en base a su historia clínica y de sueño, y en un examen físico. También podría recomendarle un estudio de sueño para medir qué tan bien duerme y cómo su cuerpo responde a los problemas del sueño. Los tratamientos incluyen cambios en el estilo de vida, consejería y medicamentos.