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Antineoplastones

Resumen:

Los antineoplastones son un grupo de fracciones péptidas de producción natural que Stanislaw Burzynski, (doctor en medicina y PhD) a finales de los años 70, descubriera que estaban ausentes en la orina de los pacientes con cáncer. Se creó la teoría de que estas substancias podrían tener propiedades antitumorales. En los años 80, el Dr. Burzynski identificó estructuras químicas para varios de estos antineoplastones, y desarrolló un proceso para prepararlos sintéticamente. El antineoplastón A10, identificado como 3-fenilacetilamina-2,6-piperidinediona, fue el primero en sintetizarse.

Se ha estudiado el uso de antineoplastones en el tratamiento de diferentes tipos de cáncer tanto en laboratorios como en animales, y en investigaciones preliminares limitadas sobre seres humanos. En 1991, el programa de evaluación de las terapias contra el cáncer (Cancer Therapy Evaluation Program) del National Cancer Institute (NCI) examinó las historias clínicas de 7 pacientes con tumores cerebrales tratados en la clínica Burzynski Clinic en Texas. Con base en sus hallazgos, el NCI patrocinó un ensayo clínico de tumor cerebral. No obstante, debido a la dificultad de reclutar pacientes, y a un desacuerdo sobre el diseño del estudio, se canceló la investigación. Se informaron los resultados obtenidos de nueve pacientes antes de la cancelación de la investigación, sin embargo, estos no fueron concluyentes. En 1997, el Dr. Burzynski tuvo dificultades legales para permitir que los antineoplastones se transportaran fuera de Texas.

Antineoplastones

Hay carencia de pruebas suficientes a partir de ensayos aleatorios y controlados que apoyen el uso de antineoplastones como un tratamiento para el cáncer. Además, los antineoplastones no son una terapia aprobada por la FDA. Los antineoplastones no están ampliamente disponibles en EE.UU. y su seguridad y eficacia no están demostradas. Numerosos estudios de antineoplastones en diversos cánceres han recibido el patrocinio del Burzynski Research Institute. En los últimos años, los antineoplastones también se han indicado como tratamiento para otras afecciones como la enfermedad de Parkinson, anemia drepanocítica y talasemia.

Usos:

Los siguientes usos están basados en la tradición, teorías científicas o investigación limitada. A menudo no se han probado completamente en humanos y no siempre se han demostrado su seguridad y eficacia. Algunas de estas afecciones son potencialmente serias y las debe evaluar un proveedor médico calificado. Podría haber otros usos propuestos que no están señalados a continuación.

Leucemia linfocítica aguda, adenocarcinoma, envejecimiento, astrocitoma, epitelioma celular basal, tumores en el sistema nervioso central/ cerebro, anormalidades del colesterol/triglicéridos, leucemia linfocítica crónica, leucemia, encefalitis, glioblastoma, carcinoma hepatocelular, leucocitosis, melanoma maligno, meduloblastoma, sarcoma sinovial metastásico, enfermedad de Parkinson, leucemia promielocítica, glioma recurrente, trombocitosis.

Evidencia:

Se han sometido a prueba los siguientes usos en humanos o animales. La seguridad y eficacia de los mismos no siempre se han demostrado. Algunas de estas afecciones son potencialmente serias y las debe evaluar un proveedor médico calificado.

  • Cáncer (C)

    Existe evidencia científica inconclusa respecto a la eficacia de los antineoplastones en el tratamiento del cáncer. Varios estudios preliminares en humanos (serie de casos, ensayos de fase I/II) han estudiado los tipos de antineoplastones A2, A5, A10, AS2-1 y AS2-5 para una variedad de cánceres. Todavía es incierto si los antineoplastones son eficaces o en qué dosis pueden ser seguros. No se pueden sacar conclusiones hasta tanto no se cuente con mejores investigaciones.

  • VIH (C)

    Un estudio pequeño preliminar publicado por el Dr. Burzynski y sus colegas en 1992 reportó una mayor energía y peso en pacientes con VIH, así como un menor número de infecciones oportunistas y mayor recuento de CD4+ en general. Estos pacientes recibieron tratamiento con antineoplastón AS2-1. No obstante, esta evidencia no se puede tomar como concluyente. Actualmente, existen regímenes de terapias de drogas disponibles para VIH con efectos claramente demostrados ("HAART" o terapia anti-retroviral altamente activa). Se recomienda a los pacientes con VIH que consulten con un médico las opciones de tratamiento.

  • Anemia drepanocítica/ talasemia (C)

    Un pequeño estudio preliminar informó hallazgos positivos, pero actualmente la evidencia no es suficiente para hacer una recomendación firme en esta área.

Seguridad:

Los profesionales de la salud que tienen instrucción formal practican muchas técnicas complementarias, de acuerdo con los estándares de organizaciones nacionales. No obstante, este no es el caso universal; es posible que se presenten efectos adversos. Debido a la limitada investigación existente, en algunos casos solamente hay poca información disponible sobre la seguridad del tratamiento.

Alergias

Se ha informado de brotes alérgicos en la piel después de la inyección de antineoplastón AS2-1. Las personas que hayan tenido reacción a los antineoplastones en el pasado deben evitar esta terapia.

Efectos secundarios y advertencias

Se informa de efectos adversos en varios estudios preliminares. No es claro qué tan comunes son estas reacciones, o si ocurren con mayor frecuencia que con placebo. Dado que muchos pacientes que toman antineoplastones han recibido diagnósticos de enfermedades de gravedad como cánceres en estado avanzado, no es claro si estos efectos pueden ser de las enfermedades mismas, o causados por los antineoplastones.

La terapia de antineoplastones se ha asociado con aletargamiento, dolor de cabeza, fatiga, mareo/ vértigo y confusión. El antineoplastón A10 se retiene en el tejido cerebral de los animales, no obstante se desconoce la importancia de este hecho en humanos. Se ha informado de padecimientos de debilidad, náuseas, vómito, malestar estomacal, dolor abdominal y mayor flatulencia (gases).

Diversos tipos de antineoplastones administrados por periodos que oscilan entre unas semanas hasta años se han asociado con dolor de garganta, fiebre, escalofríos, niveles reducidos de albúmina en la sangre, anormalidades en la prueba de la función hepática, bajos niveles de azúcar en la sangre (hipoglicemia), bajos niveles de potasio y un fuerte olor corporal similar al de la orina.

Se han observado palpitaciones, alta presión sanguínea (hipertensión) y edema periférico leve (retención de agua). También se han observado presión en el pecho y ritmo cardiaco irregular o acelerado. Se ha informado de inflamación en las articulaciones, dolor muscular y en las articulaciones, contracciones musculares en la garganta, debilidad y rigidez en los dedos durante los ensayos clínicos.

Se ha dado cuenta de disminuciones en las plaquetas de la sangre, glóbulos rojos y glóbulos blancos. Otros efectos de importancia notificados incluyen respiración lenta o anormal, anormalidades metabólicas/ electrolitos, edema cerebral (inflamación del cerebro), presión baja a niveles peligrosos (hipotensión) y muerte.

Embarazo y lactancia

Se desconoce la seguridad de los antineoplastones durante el embarazo o lactancia, por lo que no se puede recomendar.

Las posibles interacciones:

Interacciones con drogas

Se cuenta con poca información acerca de las interacciones con los antineoplastones. Los agentes que posean efectos adversos similares a los antineoplastones podrían tener efectos aditivos, como la disminución de los niveles de potasio o glucosa en la sangre, o provocar anormalidades hepáticas. Se desconoce si los antineoplastones se suman a los efectos de las drogas quimoterapéuticas.

Interacciones con hierbas y suplementos alimenticios

Se cuenta con poca información acerca de las interacciones con los antineoplastones. Los agentes que posean efectos adversos similares a los antineoplastones podrían tener efectos aditivos, como la disminución de los niveles de potasio o glucosa en la sangre, o provocar anormalidades hepáticas.

Dosificación:

Adultos (18 años y mayores)

Se han usado diferentes dosis de antineoplastones en estudios preliminares. La seguridad y eficacia de alguna dosis o uso no están demostradas. Las dosis de antineoplastón A10 por vía oral en estudios oscilan entre 10 y 40 gramos diarios o 100 a 288 miligramos por kilogramo del peso corporal. La duración del uso ha variado. El antineoplastón AS2-1 se ha estudiado en dosis de 12 a 30 gramos diarios o 97 a 130 miligramos por kilogramo de peso corporal por día. Los antineoplastones también se han estudiado al aplicarse a la piel, inyectados a través de la venas y en los músculos (intramuscular).

Niños (menores de 18 años)

No hay suficientes datos disponibles para recomendar con seguridad el uso de antineoplastones en niños.

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No obstante se han estudiado de forma científica ciertas técnicas complementarias y alternas, para la mayoría de las terapias hay limitación o controversia sobre los datos de alta calidad respecto a la seguridad, eficacia y mecanismo de acción. Se recomienda, al máximo posible, que los practicantes cuenten con licencias expedidas por una organización profesional reconocida que se adhiera a normas claramente publicadas. Además, antes de iniciar una nueva técnica o contratar a un practicante, se recomienda que los pacientes consulten con su(s) proveedor(es) médico(s) principal(es). Se deben considerar atentamente los beneficios y riesgos potenciales (incluye los costos financieros) así como las alternativas. La siguiente monografía está diseñada para ofrecer una historia y un resumen de la investigación con orientación clínica, y la misma ni defiende ni se opone al uso de una terapia en particular.

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