La tiroides es un órgano en forma de mariposa que se encuentra en el cuello, rodeando la tráquea y debajo de la nuez de Adán.
Esta glándula tiroides se encarga de producir las hormonas tiroxina y triyodotironina, responsables del crecimiento, el control de la temperatura corporal y la forma en que usamos la energía.
En algunas personas pueden formarse nódulos dentro de esta glándula tiroides, que son bolitas de tejido tiroideo que en ocasiones pueden tener cáncer.
Detección de nódulos en la tiroides
Los nódulos tiroideos pueden ser notados por el paciente al observar o tocar una bolita en el cuello, algunos los identifica el médico durante una revisión y otros se detectan cuando se realiza un ultrasonido o una tomografía por motivos no relacionados al estudio de la tiroides.
Estas lesiones normalmente no causan síntomas y se encuentran en el 33 al 68% de los adultos a los que se les realiza un ultrasonido. La mayoría son benignos y no requieren de tratamiento, pero algunos pacientes pueden presentar síntomas debido a que el nódulo comprime la vía aérea o causa molestia por su apariencia estética.
Tratamientos sin cirugía de los nódulos tiroideos
A estos pacientes se les pueden ofrecer algunos tratamientos para quitarlos, ya sea por cirugía o con procedimientos de mínima invasión, uno de ellos es la ablación por radiofrecuencia.
La ablación de nódulos tiroideos por radiofrecuencia puede realizarse de manera ambulatoria bajo sedación o con anestesia local. El tratamiento consiste en introducir una aguja con un electrodo que envía una corriente eléctrica. Esta energía calienta el tejido, que se deshidrata y vaporiza.
Esta técnica puede reducir el tamaño de un nódulo en un 76%, sin embargo, los nódulos grandes pueden requerir de varias sesiones de radiofrecuencia. Existen pocas complicaciones, como cambios en la voz, parálisis de las cuerdas vocales, dolor y tos.
La ventaja de este tratamiento es que no expone al paciente a una cirugía, la cual se lleva a cabo bajo anestesia general mediante una herida en el cuello, para muchos pacientes una cicatriz en esta zona es muy desagradable. Además, después de este procedimiento el paciente no necesita permanecer hospitalizado y las complicaciones son menores.