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Indicaciones
Las fracturas de huesos se clasifican de varias maneras. La fractura simple (fisura) implica una sola línea de fractura que atraviesa un hueso. La fractura conminuta es aquella en la que el hueso se fractura en dos o más fragmentos. La fractura abierta es aquella en la que el hueso fracturado rompe tejidos vecinos y atraviesa la piel.
Procedimiento
Las tres opciones principales para el tratamiento de fracturas de huesos son:
- Inmovilización con férula.
- Reducción abierta y fijación interna. Requiere una operación quirúrgica para reparar la fractura. Con frecuencia se utilizan varillas de metal, tornillos o placas para reparar el hueso, los cuales se mantienen fijos, debajo de la piel, después de la cirugía. Este procedimiento se recomienda en los casos de fracturas complicadas que no se pueden realinear (reducir) con una férula, o cuando el uso prolongado de una férula no es recomendable.
- Reducción abierta y fijación externa. Requiere una operación quirúrgica para reparar la fractura y la colocación de un aparato para fijación externa del miembro fracturado. Este aparato es un marco externo que sostiene al hueso y lo mantiene en la posición correcta mientras se consolida. Por lo general, esta técnica se aplica a las fracturas complejas que no pueden repararse por medio de la reducción abierta y la fijación interna.
Procedimiento
Se hace una incisión sobre el hueso fracturado, mientras el paciente se encuentra sin sentir dolor (bajo anestesia general o local). Se coloca el hueso en la posición correcta y se fijan los tornillos, clavos o placas al hueso o dentro de éste, ya sea de forma temporal o permanente. Se ligan o cauterizan los vasos sanguíneos que se hayan lesionado. Si un examen de la fractura muestra que se ha perdido parte del hueso como resultado de la fractura, especialmente si hay un espacio entre los extremos quebrados, el cirujano puede decidir que es necesario hacer un injerto de hueso para evitar que se retarde el proceso de consolidación.
Si el injerto no es necesario, la reparación de la fractura puede hacerse a través de uno de los siguientes métodos:
a) se atraviesa la fractura con uno o más tornillos para sostenerla.
b) se coloca una placa de acero con tornillos insertados en el hueso.
c) se introduce un clavo de metal acanalado con huecos por uno de los extremos, a lo largo del hueso y luego se pasan los tornillos atravesando el hueso y el hueco del clavo. En algunos casos, es necesario hacer una reparación microquirúrgica de los vasos sanguíneos y de los nervios después de este tipo de estabilización. Luego, se sutura la incisión de la piel en la forma usual.
Cuidados postoperatorios
La ventaja de la fijación interna es que permite, por lo general, la movilización temprana y una consolidación más rápida del hueso. No es necesario ni recomendable, por motivo alguno, retirar el aparato de fijación interna, a menos que cause problemas. El pronóstico a largo plazo es excelente. El tiempo de permanencia en el hospital depende de diversos factores tales como la condición del hueso, la presencia de infección, el estado de irrigación sanguínea y nerviosa y la presencia de otras lesiones. Los huesos de los niños se consolidan rápidamente, por lo general, en seis semanas.