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Anatomía normal
En una posición normal, la planta del pie queda extendida contra la superficie cuando la persona camina. El pie torcido (o zambo) es una anormalidad congénita en la cual el pie está en aducción (angulado hacia adentro). Esta anormalidad debe corregirse, con el fin de permitir una locomoción normal (caminar) en la vida.
Procedimiento (primera parte)
Se comienza tratando el pie deforme de un recién nacido con un yeso, debido a que los tendones, ligamentos y huesos aún son muy flexibles y fáciles de reubicar. El pie se estira hasta alcanzar una posición más normal y se le coloca un yeso liviano con el fin de mantener el pie en la posición corregida. El yeso se cambia cada una o dos semanas, de tal modo que el pie se mantenga estirado en una mejor posición con el nuevo yeso. Este proceso continúa durante 3 meses o más y normalmente es un procedimiento exitoso por lo menos en un 50% de los casos. Si este procedimiento no dá resultado, se recomienda cirugía.
Procedimiento (segunda parte)
El tipo y extensión de la cirugía dependen de la severidad de la deformación. El defecto involucra los tendones cortos y tensionados alrededor del pie y del tobillo. La cirugía implica el alargamiento de algunos tendones y el acortamiento de otros, con el fin de ubicar los huesos y articulaciones en la posición normal. Después de la cirugía, se coloca un yeso en el pie para mantener la posición mientras sana.
Cuidados postoperatorios
Después de la cirugía, la permanencia del niño en el hospital es aproximadamente de dos días. El pie se debe mantener enyesado y elevado y se le aplica hielo para reducir la hinchazón y el dolor. El dolor también se puede calmar con medicamentos. Durante los primeros 48 horas se realiza un chequeo frecuente de la piel alrededor del yeso y los dedos del pie para asegurarse de que hay buena circulación, movimiento y sensibilidad en el pie.
Antes de dejar el hospital, se dan instrucciones a los padres sobre los cuidados que se deben tener con el yeso, que se deja aproximadamente durante 3 meses. Es probable que se presenten irritaciones en la piel debido al yeso o infecciones en la incisión. Generalmente, se requiere de fisioterapia después de quitar el yeso para fortalecer los músculos del pie operado.