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Anatomía normal
La cavidad torácica está ocupada por varios órganos, entre ellos, el corazón y los pulmones. La cavidad abdominal está ocupada, entre otros órganos, por el hígado, el estómago y los intestinos grueso y delgado. Estas dos regiones están separadas por el diafragma, un músculo grande en forma de cúpula.
Indicaciones
Cuando el diafragma se desarrolla con un orificio, los órganos abdominales pueden pasar a la cavidad torácica. El tejido pulmonar en el lado afectado se comprime, no crece normalmente y es incapaz de expandirse después del nacimiento. Cuando el bebé empieza a respirar, llorar y deglutir, el aire entra a los intestinos que están protruídos dentro del tórax. Al aumentar de tamaño, los intestinos ejercen presión en el otro lado del tórax, pulmón y corazón y rápidamente se puede ocasionar una situación que pone en peligro la vida del bebé.
Las hernias diafragmáticas se pueden diagnosticar mediante:
- Radiografía del tórax mostrando una hernia diafragmática
- Dificultad notoria para respirar (sufrimiento respiratorio) poco después del nacimiento del bebé
- Ultrasonido prenatal usualmente identifica una hernia diafragmática
Procedimiento (primera parte)
Se hace una incisión en la parte superior del abdomen, debajo de las costillas. Los órganos abdominales se empujan suavemente hacia abajo a través de la abertura en el diafragma y se posicionan correctamente dentro de la cavidad abdominal.
Procedimiento (segunda parte)
Se repara el orificio en el diafragma y se sutura y cierra la incisión. Se coloca un tubo dentro del tórax para permitir que el aire fluya y que drenen la sangre y el líquido para que el pulmón se vuelva a expandir.
Cuidados postoperatorios
El tejido pulmonar del niño en el lado afectado puede tener un desarrollo insuficiente y su resultado en el futuro depende de la evolución del tejido pulmonar. Los infantes que sobreviven a esta cirugía pueden padecer de alguna enfermedad pulmonar a largo plazo.