¿Has oído acerca de los supuestos “poderes curativos” que tienen las bebidas gaseosas?
Dicen que un vaso de Coca-Cola con limón y sal cura los problemas estomacales, o que una coca con aspirina alivia el dolor de cabeza y la resaca. Tal vez has oído que si hierves la soda con canela, pasas y ajo, obtienes un remedio casero para aliviar la tos.
¿Qué tanto es verdad?, ¿qué tanto es mentira?
“Tiene que ver con la psicología del paciente”, dijo la doctora Viridiana Mejía Pérez, médica cirujana y homeópata en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Los altos niveles de azúcares en las sodas es lo que hace que el cuerpo reaccione de un momento a otro. Esto hace creer a la gente que la bebida tiene propiedades curativas, pero solo es el efecto del azúcar.
“Cuando te baja la presión, te dicen: ‘tomate una coca’. Obviamente tu cuerpo se empieza a normalizar porque la coca tiene glucosa y el cerebro no está recibiendo suficiente sangre”, dijo Mejía.
En el caso de la resaca y la diarrea, la bebida gaseosa puede ayudar ya que se reponga el agua, los azúcares y las sales minerales que se perdieron a la hora de la expulsión de fluidos. “Tiene ácidos y aminoácidos que apoyan en el sistema gastrointestinal”, explicó la experta.
Pero los refrescos también pueden provocar lo contrario, es decir, anomalías en el sistema digestivo que resultan en fuertes dolores de estómago. Esto ocurre debido a sus ingredientes aditivos, que son irritantes gástricos, y el gas carbónico que puede causar meteorismo e inflamación.
Incluso para mejorar el estado de ánimo o depresión, el saber popular propone sodas: “cuando una persona sufre de depresión, los neurotransmisores piden azúcar”, explicó la Dra. Mejía. “Con lo único que la gente no puede dejar de funcionar, es el azúcar…” agregó.
Un estudio realizado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NHI), señaló que el consumo de bebidas azucaradas puede incrementar el riesgo de trastornos mentales y depresión a largo plazo.
Según el estudio, el alto consumo de azúcar afecta a la dopamina (un neurotransmisor que alimenta el sistema de recompensa del cerebro), similar a un narcótico. Es posible que el azúcar desempeñe un papel similar al de la cocaína en las altas y bajas sensaciones de los estados emocionales. Además, el azúcar está vinculado con la inflamación celular, relacionada con la depresión.
“Yo no le recomendaría a un paciente beber refrescos para sentirse mejor, siempre hay otras alternativas”, explicó Mejía.
Orígenes curativos
Los mitos curativos de la bebida azucarada se originaron en en el siglo XVIII, cuando se creó un producto “medicinal” con cocaína llamado Coca Wine. Cada onza de esta extinta bebida contenía 30 granos de erythroxylum coca (la planta de la coca), y se decía que curaba toda clase de síntomas. Desde dolores de cabeza, ansiedad, fatiga y depresión; hasta una fiebre, un problema de digestión y muchos otros.
“Después, la mercadotecnia lo convirtió en un refresco, le quitaron la coca y otros adictivos para su consumo legal. Pero le agregaron cafeína, y la cafeína nos hace adictos”, comentó Mejía.
Fue el farmacéutico estadounidense John Smith Pemberton quien en 1886 creó la primera Coca-Cola, reemplazando el alcohol de la versión original con un jarabe. Desde sus orígenes, este producto fue promocionado como un “remedio para condiciones nerviosas”. Eventualmente, el uso de drogas se volvió ilegal en los Estados Unidos y la planta de coca dejó de ser utilizada en este producto.
Las versiones de refrescos de cola que se venden hoy en día no contienen cocaína, eso es solo un mito urbano.
Otros problemas de salud
El problema de utilizar las bebidas gaseosas como un remedio medicinal para aliviar diferentes malestares, es que esta práctica aporta a la creciente demanda y consumo de estas bebidas que están causando altos niveles de diabetes en la población latina.
Recientemente, el periódico The New York Times publicó un artículo donde se vinculan los altos índices de diabetes en la población de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México con la instalación de una fábrica de Coca-Cola en esa zona, a la cual el gobierno mexicano le otorgó una concesión de agua potable.
La noticia fue alarmante ya que se reveló que los productos de esta compañía son más baratos, e incluso accesibles, en el pueblo de Chiapas que el agua misma. Pero es no es todo, las poblaciones indígenas creen en los beneficios y poderes curativos que supuestamente tienen estas bebidas e incluso las usan en rituales sanadores.
Esto revela un problema educativo acerca de las bebidas gaseosas y sus daños a la salud.
Tan solo en 2017, la Organización Mundial de la Salud y el Instituto Nacional de Salud Pública de México, nombraron a México como el país que más productos de la marca Coca-Cola consume. En sí, el mexicano promedio toma 163 litros de soda al año, 45 litros más que el estadounidense promedio.
“Las personas que consumen bebidas azucaradas con regularidad (una a dos latas al día) corren un mayor riesgo (del 26%) de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas que raramente toman estas bebidas”, informó la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Es por eso que se recomienda disminuir el consumo de bebidas gaseosas en la dieta diaria. “A lo mejor si tomaras un vaso de coca cada tres día, no pasa nada”, aconsejó Mejía. También aconsejó dejar de autoprescribirse con dichos productos y consultar a un profesional de salud.
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