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Anatomía normal
El espacio pleural es el espacio entre el revestimiento interno y el revestimiento externo de los pulmones. Por lo general, es bien delgado y está revestido solamente con muy poca cantidad de fluído.
Indicaciones
Si los fluidos, como la sangre o el aire llegan al espacio pleural, el pulmón puede colapsar, evitando un intercambio adecuado de aire. Los tubos torácicos se utilizan para el tratamiento de alteraciones que puedan causar el colapso de los pulmones, tales como:
- Aire que se escapa de los pulmones hacia el tórax (neumotórax)
- Hemorragias internas en el tórax (hemotórax)
- Efectos de una cirugía o de un trauma tóracico (neumotórax o hemotórax)
- Presencia de abscesos o de pus en el tórax (empiema)
Procedimiento
Los tubos torácicos se introducen en el espacio pleural para drenar la sangre, los fluidos o el aire y permitir una completa expansión de los pulmones. El tubo se coloca en el espacio pleural. Se adormece (con anestesia local) el área donde se va a colocar el tubo. Si se prefiere, el paciente también puede estar sedado. El tubo torácico se introduce en el tórax, entre las costillas, para luego ser conectado a una botella o recipiente que contiene agua esterilizada. La succión está conectada a un sistema que estimula el drenaje. Para mantener el tubo en su lugar, se utiliza un punto de sutura y una cinta adhesiva especial.
Por lo general, el tubo torácico permanece en su lugar hasta que las placas de rayos X muestren que ya no hay restos de sangre, fluido o aire en el tórax y que los pulmones se han expandido nuevamente por completo. Cuando ya no se necesita utilizar el tubo torácico, se retira con facilidad; normalmente no se requiere el uso de medicamentos para sedar o adormecer al paciente cuando se retira el tubo. Se pueden utilizar medicinas (como los antibióticos) para la prevención o para el tratamiento de infecciones.
Cuidados postoperatorios
La recuperación de una inserción de tubo torácico y su posterior retiro se completa, por lo general, dejando sólo una pequeña cicatriz.
El paciente deberá permanecer en el hospital hasta que el tubo torácico le sea retirado. Mientras el tubo está colocado en el tórax del paciente, los enfermeros verifican con cuidado que no haya escapes de aire, dificultades o problemas al respirar o necesidad de administrar oxígeno adicional al paciente. Es necesario que el paciente tosa y respire profundo para facilitar que los pulmones se expandan de nuevo, ayudar con el drenaje y prevenir que los fluidos normales se alojen en los pulmones.