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Anatomía normal
El tímpano (membrana timpánica) separa el conducto auditivo externo del oído medio.
Indicaciones
Se recomienda la inserción de un tubo en el oído cuando:
- Hay fluido en el oído medio por más de 12 semanas
- Hay infecciones recurrentes en el oído a pesar de los esfuerzos por evitarlas (más de tres infecciones en seis meses)
- Hay infecciones de oído que no mejoran después de haber utilizado los antibióticos adecuados dos o tres veces.
Los síntomas son, entre otros:
- Dolor de oído persistente
- Drenaje del oído
- Pérdida de la audición (por un período superior a tres meses)
Procedimiento
Se hace una pequeña incisión en el tímpano y se succiona el fluido acumulado, mientras el paciente se encuentra profundamente dormido y sin sentir dolor (bajo anestesia general). Se inserta un tubo pequeño a través del tímpano, con el fin de secar el oído medio y evitar que el fluido se reacumule. El procedimiento dura menos de 30 minutos; la anestesia empleada es temporal y segura. La incisión cicatriza sin suturas y usualmente el orificio se cierra espontáneamente. Los tubos auditivos se desprenden después de pocos meses.
Cuidados postoperatorios
La inserción del tubo en el oído disminuye el dolor y restablece la audición de inmediato. Normalmente, los pacientes dejan el hospital el mismo día de la cirugía. La mayoría de las personas a quienes se les ha hecho la inserción de un tubo en el oído se siente muy satisfecha con los resultados y la frecuencia y severidad de las infecciones de oído medio disminuyen significativamente. La cirugía puede repetirse si persisten las infecciones de oído después de que los tubos se hayan desprendido.