La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, al 27 de mayo, ya se habían registrado 650 casos probables de la hepatitis de origen desconocido en 33 países. Otros 99 casos esperan pruebas de laboratorio para confirmación.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) dijeron que ya se han registrado 216 casos en 36 estados y territorios a lo largo de los últimos siete meses. Seis niños han muerto por complicaciones hepáticas vinculadas a esta forma de hepatitis.
A mediados de mayo, autoridades sanitarias de Panamá y de Argentina informaron los primeros casos en Latinoamérica. En Panamá, el primer caso se registró en el este del país, mientras que en Argentina, un niño fue hospitalizado en Rosario, Santa Fe. México ya tiene alrededor de 20 casos de hepatitis aguda infantil, según cifras oficiales, y otros países de la región se han declarado en alerta.
La OMS indica que este brote particular de hepatitis está afectando especialmente a menores de entre 1 mes y 16 años. Y en el 10% de los casos la enfermedad fue tan severa que se requirió un transplante de hígado.
Posible origen
Los científicos que están investigando este brote han detectado la presencia de adenovirus en muchos de los casos, por lo cual sospechan que puede ser la fuente del brote. Se trata de una familia de virus que circulan ampliamente y que pueden causar un rango muy amplio de enfermedades, desde un resfrío común hasta una gastroenteritis aguda.
En este brote en particular, muchos de los bebés, niños y adolescentes afectados portaban un adenovirus en particular: el tipo 41. Este tipo de adenovirus suele causar síntomas respiratorios o gastrointestinales, pero nunca hepatitis severa.
En los Estados Unidos, los CDC dijeron que en todos los casos, los menores son saludables, sin una afección preexistente importante o sistemas inmunes débiles. La entidad federal de salud emitió un alerta nacional para que los sistemas de atención identifiquen y reporten estos casos inusuales de hepatitis. Epidemiólogos de los CDC están trabajando con el Departamento de Salud de Alabama, ya que en ese estado se ha registrado un grupo de nueve casos de este tipo de hepatitis.
Los síntomas de la hepatitis son variados y muchas veces se superponen con los síntomas de otras afecciones. Pueden no presentarse todos a la vez. Entre ellos, los más comunes son:
- Fiebre (puede no ser alta)
- Fatiga
- Dolor muscular y de las articulaciones
- Náuseas, diarrea, vómitos
- Pérdida del apetito
- Molestias en la parte superior del abdomen
- Orina oscura
- Ictericia o piel amarillenta (este síntoma revela inflamación en el hígado, aunque este órgano puede estar inflamado sin que el paciente presente Ictericia)
El adenovirus se transmite muy fácilmente de persona a persona, a través de gotas que se esparcen por el aire, o al tocar una superficie en donde se posó el virus, lo que en parte explicaría los casos en distintas partes del mundo y el pronóstico de que habrá más casos.
La principal medida al momento es tratar de prevenir contraer el adenovirus, y diseminarlo, y los padres pueden ayudar, pidiéndoles a sus hijos que se laven las manos con frecuencia. Lavarse las manos es una de las mejores formas de protegerse y proteger a los miembros de la familia para no enfermarse.
También, en la medida de lo posible, deben evitar tocarse la cara y la boca, básicamente las mismas medidas que ayudan a prevenir infectarse con tantos otros virus, entre ellos el coronavirus que causa COVID.
Por supuesto, es esencial consultar con el pediatra o médico de cabecera, quien podrá realizar las pruebas necesarias para determinar si el menor ha desarrollado la nueva forma de hepatitis.