Después que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara que el zika podría alcanzar niveles de propagación "explosivos", con hasta 4 millones de casos en la región de las Américas, hay una pequeña luz de esperanza con el anuncio de una vacuna en etapa de investigación.
El investigador canadiense Gary Kobinger, quien integra un consorcio que trabaja en la vacuna contra el virus del Zika, dijo en una entevista con la agencia Reuters que la primera etapa de las pruebas en seres humanos podría comenzar tan pronto como en agosto. Si tiene éxito, es probable que se utilice como emergencia de salud pública en octubre o noviembre de 2016.
Kobinger, el científico que lidera este proyecto, de la Universidad Laval de Quebec y jefe de Patógenos Especiales en el Laboratorio Nacional de Microbiología en Winnipeg, Canadá, está trabajando con un equipo de la Universidad de Pennsylvania, dirigido por el científico David Weiner, junto a investigadores de Inovio Pharmaceuticals Inc. y GeneOne Life Science Inc.
"Lo primero es estar preparados para lo peor" dijo Kobinger, quien tuvo un papel vital en el desarrollo de la vacuna ZMAP contra el Ébola, que actualmente se está probando en África. "Esta vacuna es fácil de producir. Se podría hacer a nivel masivo en corto tiempo” agregó.
La vacuna en estudio consiste en imitar el funcionamiento del zika para provocar una reacción del sistema inmunológico, y prepararlo para rechazar al virus del Zika real en caso de entrar en contacto, explicó Kobinger, quien recientemente fue premiado como científico del año por Radio Canadá.
En Brasil, el país más afectado por la crisis del zika, con más de un millón y medio de casos sospechosos, están investigando una vacuna contra reloj. Un vocero del Instituto Butantan de San Pablo declaró que planean desarrollar una vacuna "en tiempo récord", aunque su director advirtió que el desarrollo puede tomar de 3 a 5 años. En la foto, la bióloga Danielle Varjal demuestra su investigación sobre los mosquitos Aedes aegypti, en el instituto Fiocruz, en Recife, Brasil.
Por su lado, un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas también está al frente de la búsqueda de una vacuna contra el zika, pero el jueves 28 de enero anunciaron que podría estar lista para ser probada en un par de años, y que se necesitaría al menos una década para obtener la aprobación de las autoridades sanitarias estadounidenses.
Un virus silencioso
El zika es un virus que transmite a las personas el mosquito Aedes aegypti (el mismo que transmite el dengue y el chikungunya), picándolas. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), sólo una de cada 5 personas infectadas desarrolla síntomas, por lo que es muy difícil medir con certeza el número de casos.
Aunque este virus se identificó por primera vez en la selva Zika en Uganda (de donde tomó su nombre) en 1947, sólo causó esporádicos no severos en algunas regiones de África y Asia. Pero el brote que comenzó en mayo del 2015 en Brasil —y que ya sumaría 1.5 millones de casos— se ha relacionado con el nacimiento de bebés con una condición congénita llamada microcefalia, por la cual nacen con cabezas más pequeñas, y padezcan trastornos en el desarrollo y el aprendizaje y con una afección del sistema inmune, el sindrome de Guillain-Barre.
Éstas posibles complicaciones lo hacen más peligroso que a su parientes cercanos, el dengue y el chikungunya.
Para protegerse del zika, todas las personas, incluyendo a las embarazadas y mujeres en edad reproductiva, deben evitar la exposición a picaduras de mosquitos, por ejemplo usando ropas que cubran la piel (mangas largas), instalando mosquiteros en puertas y ventanas, y aplicándose los repelentes indicados por las autoridades de salud, aconsejan CDC.
Además, la OMS pidió que la gente colabore para erradicar el mosquito en cada casa y en sus alrededores, buscando posibles focos de criaderos de mosquitos (cuencos y depósitos accidentales de agua) y eliminarlos.
La medida sanitaria más eficaz para eliminar poblaciones de mosquitos es la fumigación