Colorado: Más casos de fiebre del conejo

Las autoridades locales refieren que el número de casos es sólo 5 menos de los que se registraron en 1983, un año récord y se cree que el aumento de la población de conejos debido a lo exuberante de la vegetación, podría incrementar el riesgo de que las personas contraigan la enfermedad.

Los funcionarios de salud estatales y locales han pedido a los médicos mantenerse alerta debido a que los síntomas pueden confundirse con una gripe y alertaron a los pobladores para que tomen sus precauciones, en especial en zonas donde hay muchos conejos. Han recomendado que las personas no anden descalzas ni con sandalias, que utilice repelentes, prendas de manga larga y pantalones cuando trabajen en su patio, así como utilizar guantes de goma para manipular animales, especialmente conejos.

Colorado: Más casos de fiebre del conejo
| Foto: SHUTTERSTOCK

Usualmente, las personas pueden contagiarse por el piquete de una garrapata, por manipular animales infectados o muertos, por comer o beber agua o alimentos contaminados, o por inhalar bacterias transportadas por el aire. No se puede transmitir de persona a persona. Ni es necesario aislar a los enfermos de tularemia.

De acuerdo con los Centros para el Control y Previsión de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la tularemia, también conocida como “fiebre de los conejos”, es una enfermedad provocada por la bacteria Francisella tularensis. Usualmente se encuentra en los animales, especialmente en roedores, conejos y liebres.

Por lo general, los síntomas aparecen de 3 a 5 días después de entrar en contacto con la bacteria, pero pueden tardar hasta 14 días. Los síntomas varían, dependiendo de la ruta de contagio. Si una persona ha sido infectada por tocar el cadáver de algún animal, los síntomas pueden incluir úlceras que se desarrollan lentamente en el sitio donde la bacteria ha penetrado la piel (usualmente en la mano) e inflamación de los ganglios linfáticos.

La infección por alimentos o agua empieza en la boca con un fuerte dolor de garganta, aftas y el agrandamiento de los ganglios linfáticos del cuello, lo que puede desencadenar vómitos, diarrea y dolor abdominal.

La enfermedad por la inhalación de la bacteria provoca fiebre, escalofríos, dolores musculares y una tos seca. Cuando la infección entra a través de los ojos, ocasiona el enrojecimiento e inflamación de los ojos con ganglios linfáticos sensibles en la parte delantera de las orejas. En muchos casos, la tularemia se considera una combinación de varios de estos síntomas y puede ser mortal si no se trata con los antibióticos adecuados.

Según los CDC, cada año se registran cerca de 200 casos de tularemia en humanos en EE.UU., la mayoría de los cuales ocurren en los estados del centro sur y del oeste. Casi todos en áreas rurales y durante los meses de verano.

Si sospechas que has estado en contacto con la bacteria de la tularemia, debes ver a un médico inmediatamente. Es probable que te de un tratamiento con antibióticos por un período de 10 a 14 días o más después del contacto con la bacteria. Si el médico te receta antibióticos, es importante que los tomes según las instrucciones que te den. Los antibióticos de la clase tetraciclina (p.ej. la doxiciclina) o de la fluoroquinolona (p.ej. la ciprofloxacina) se toman por vía oral. La estreptomicina y la gentamicina también son eficaces para combatir la tularemia y son administradas mediante inyección muscular o intravenosa.

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