Aunque el apéndice es un órgano pequeño, en forma de tubo (unido al intestino grueso) y que no tiene ninguna función conocida, si se inflama, puede ponerte en apuros. Es importante saber cuándo se trata de esta afección conocida como apendicitis.
La apendicitis puede ser difícil de diagnosticar porque existen otras condiciones que causan síntomas similares, en realidad casi todas las enfermedades del sistema digestivo se presentan con dolores en la zona abdominal, aunque algunas suman otros síntomas.
La apendicitis es causada por un bloqueo en el interior del apéndice, que provoca un aumento de la presión, problemas con el flujo de la sangre e inflamación y dolor. Ese bloqueo puede deberse a materia fecal, cuerpos extraños (objetos o sustancias que han sido introducidos desde afuera) o a un tumor.
Si el bloqueo no se trata, el apéndice puede romperse y diseminar la infección hacia el abdomen: a esto se llama peritonitis.
Cualquier persona puede padecer de apendicitis, pero se presenta con mayor frecuencia en las personas de entre 10 y 30 años.
¿Cómo se diagnostica?
Las imágenes de resonancia magnética y ultrasonido, más la revisación física por parte del profesional médico, pueden determinar si se trata o no de apendicitis.
No todos los que tienen apendicitis exhiben los mismos signos. Si tienes cualquiera de estos síntomas indicados debajo, particularmente dolor abdominal que continúa y empeora, contacta inmediatamente a tu médico.
El síntoma principal de la apendicitis es dolor en el abdomen, generalmente del lado derecho que va empeorando con el correr del tiempo. Otros síntomas pueden ser:
- Hinchazón en el abdomen
- Pérdida del apetito
- Nausea y vómitos
- Estreñimiento o diarrea
- Incapacidad para eliminar gases
- Fiebre baja
Tratamiento médico
La apendicitis es una urgencia médica. El tratamiento más común para este problema es una apendectomía, o cirugía para remover completamente el apéndice. Sin embargo, en algunos pacientes, el apéndice puede romperse y llevar a la formación de un absceso, o acumulación de pus.
En este caso, además de la realización de la apendectomía, el médico podría recomendar que se practique al paciente un procedimiento de drenaje percutáneo del absceso, para remover el fluido del cuerpo. En este caso, la persona debe permanecer un par de días internada.
Fuentes: Biblioteca nacional de Medicina de EE.UU. y Colegio Americano de Radiología.